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Voto de Francisco de Guzmán:
7
Comedia Peralejos, un tranquilo pueblo del Alto Aragón, es un lugar donde nunca pasa nada. Un día regresa al pueblo para pasar las vacaciones Angelino (Sacristán), un emigrante que conduce un magnífico Mercedes y cuenta maravillas sobre Alemania y sus mujeres. Pepe (Landa), fascinado por las historias de su amigo, decide emigrar también, pero su sueño empieza a las cinco de la mañana, limpiando cristales, y concluye a las doce de la noche pegando carteles. (FILMAFFINITY) [+]
10 de febrero de 2011
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta si que es una película española y no las de ahora que resultan cutres y con el argumento de típico “pedo, culo, caca”… Si, es una película de esas de antes, la típica españolada con la que no te partes de risa, pero que te estás riendo hasta que pone el FIN. Típico humor español, y exenta de esa cutrería rancia de las que ahora subvencionan para desgracia de los bolsillos de los que no vamos a verlas. Salvo las de Santiago Segura (Saga “Torrente”), casi todas producen auténtico ardor de estómago e impotencia al comprobar en lo que se gastan el dinero para confeccionar este amasijo de tripas de gorrino caducadas.

En fin, voy a lo que voy. El director Pedro Lazaga nos sirve su habitual modelo de película, consiguiendo entretenernos y que no perdamos la sonrisa durante algo más de noventa minutos. La inconfundible pareja Alfredo Landa (No desearás a la mujer del vecino, 1971, “El Crack”, 1981) y Tina Sainz (“Las Ibéricas F.C., 1971). Ambos actores hace que el pueblo de Peralejos, situado en Aragón, pierda el aburrimiento cotidiano cuando aparece Angelino (José Sacristán), un emigrante con su flamante Mercedes circulando por el pueblo y presumiendo al tiempo que narraba las maravillas, las aventuras y sus ligues con las chicas alemanas. Aparece la figura de un José Sacristán muy joven, que no me ha hecho nunca ni pizca de gracia, pero ahí está… como la Puerta de Alcalá.

Ante el discurso de su amigo, Pepe (Alfredo Landa) queda alucinado de las aventuras con las alemanas, con el Mercedes y con la posibilidad de poder vivir en carne propia todas esas experiencias que hasta entonces le parecían inalcanzables. Así que toma la decisión de abandonar la monotonía y el aburrimiento de ese pueblo y decide preparar la maleta para largarse a Alemania a probar fortuna y… las alemanitas.

Pepe llega a Alemania y su sueño comienza a cumplirse, eso si, desde las 5 de la mañana cuando comienza levantarse hasta las 12 de la noche cuando llega a su casa mas muerto que vivo. Trabaja como un negro en todo lo que puede y desarrolla su instinto sexual intentando ligar con esas mujeres que cada vez que las mira le quitan el hipo y las ganas de trabajar.

Es la típica película de Alfredo Landa, ese monstruo de la pantalla que cada vez que aparecía en los carteles tenía el lleno asegurado hasta la bandera. Merece la pena verla, sobretodo en estos momentos en los que aparece de nuevo la posibilidad de que muchos españoles tengan que irse a Alemania a trabajar.
Francisco de Guzmán
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