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Voto de SanPietro05:
9
6,5
6.509
Drama
Thelma no es una chica normal. Desesperada, le pregunta insistentemente a Dios por qué la ha hecho así. Sus padres tampoco son de gran ayuda, sino dos personas misteriosas que se muestran tranquilas ante los poderes que muestra su hija, que, cada vez que siente algo, causa desastres. Cuando Thelma inicie una relación con una compañera, las emociones propias del amor harán estragos. (FILMAFFINITY)
15 de marzo de 2018
18 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
En este film, Thelma, insólito en la filmografía de Joachim Trier por su apuesta por el terror sobrenatural —más bien diríamos terror psicológico, de lenta cadencia y hondura antropológica a través de un elenco de personajes espantosamente verosímiles, interpretados de fábula por, ante todo, Eili Harboe y Henrik Rafalesen—, pasan cosas; sí, pasan cosas. A los ojos eclosiona el deleite vivo de la fotografía de Jakob Ihre, por cierto original y sugerente: como el plano largo y tomado desde alturas ignotas que abre y cierra la cinta, como el lago helado rematado por bosques boreales, como la intimidad que sugiere un pasillo iluminado por la noche: amén de todo el simbolismo alegórico, a caballo entre el psicoanálisis freudiano, la religión (aquí aprehendida como constricción o férula, imbuida en la figura del padre) y, envolviéndolo todo en anillos concéntricos, la potencia mágico-numénica con que la muchacha protagónica está investida —bandadas de cuervos, serpientes furtivas, el lago en verano y en invierno (del que me atrevería a decir que representa la represión de Thelma: no deja de ser insinuante el hecho de que, con Lacan, la neurosis se asimile a un bloque helado que debe ser ''pulverizado'') y otras hermosas e impactantes imágenes que corresponden a la sección de spoiler—; y es en torno a tales ''poderes'', fatídicos para más inri, sobre los que gira y rota y danza y se desgarra la trama de un guión preciso, incisivo, de los que encogen el corazón: lejos de recurrir a una tensión desubstanciada, boba, ésta nos atrapa por lo profundamente humano de su devenir.
Rica, dolorosa, por momentos hipnótica, Thelma constituye un soplo de aire helado (badum-tss) tanto para el drama psicológico como para el cine de terror.
A mi juicio una de las películas más guays estrenadas en los últimos años. Ponte a verla, tú.
Rica, dolorosa, por momentos hipnótica, Thelma constituye un soplo de aire helado (badum-tss) tanto para el drama psicológico como para el cine de terror.
A mi juicio una de las películas más guays estrenadas en los últimos años. Ponte a verla, tú.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Para mí, ya digo, para mí es diáfano que Thelma debía, primero, destruir a su padre (lo que literalmente hace: en sueños, siempre en sueños: piedra de toque entre inconsciente y subconsciente) y después a Dios para gozar de su amor, antes tan turbio y reprimido, tan embrujado por fantasmas; es el sacrificio necesario que opera para liberarse de su pasado. Por descontado que en la vida real nunca es tan sencillo; seamos, con todo, indulgentes con este cuento oscuro en atención a la profusión temática que se desliza bajo su superficie. ¿Ecos de Freud? ¿Ecos de la mitología grecolatina? Indudablemente.
Yo me quedo, en paralelo, con lo pictórico-visual —el bebé ahogado bajo la capa de hielo, la serpiente cuando se infiltra por la boca de Thelma mientras le masturban, el horror vivo de la madre cuando es acariciada por la asesina de su hijo y marido, ciertos ángulos de cámara y escogidos temas de la banda sonora, Thelma que yace en el bosque alfombrado de musgo y que, con la resurrección del pájaro, aprender a revertir, a conferir vida en vez de arrancarla.
Thelma la retorcida, Thelma la dulce. Thelma, Thelma, Thelma.
Con lo arrobadamente que yo te sacaría a bailar...
Una pena que no te molen los tíos.
Yo me quedo, en paralelo, con lo pictórico-visual —el bebé ahogado bajo la capa de hielo, la serpiente cuando se infiltra por la boca de Thelma mientras le masturban, el horror vivo de la madre cuando es acariciada por la asesina de su hijo y marido, ciertos ángulos de cámara y escogidos temas de la banda sonora, Thelma que yace en el bosque alfombrado de musgo y que, con la resurrección del pájaro, aprender a revertir, a conferir vida en vez de arrancarla.
Thelma la retorcida, Thelma la dulce. Thelma, Thelma, Thelma.
Con lo arrobadamente que yo te sacaría a bailar...
Una pena que no te molen los tíos.