Me ha molado, de primeras. He echado de menos esa trama de su predecesora en la que se estaban bastante tiempo reuniéndose los 7 y no batallando tanto rato. Pero hay otras muchas cosas que agradecer, como la fidelidad histórica de los personajes, pues hay un chino, un negro, un indio y un irlandés que no salen en el film original, pero que son tratados como eran tratados en el siglo XIX en ese Estados Unidos de la nueva filmación.
En cuanto a la acción, lo único que se alarga demasiado es un tiroteo demasiado extenso, creo yo, para ser un pueblo el que ataca a un ejército. Pero el resto está bien incluida, con un malo más malo de lo que fue y tuvo que haber sido el malo de la original.
También es agradable la incursión de una oscuridad en la película y algunos nuevos acontecimientos chocantes.

Los personajes son carismáticos, todos por igual, y la inmersión de una imagen femenina bien tratada, sin ser superior ni inferior a los hombres me ha agradado muchísimo.

Lo que menos me ha gustado de las dos horas y media de metraje (que se convirtieron en mi cabeza en una hora y media) es lo que he dicho al principio; he echado en falta una más satisfactoria y jugosa incursión de cada personaje en la historia y menos vuelos de balas.

Para acabar, de lo que más me ha emocionado de la película, están el trato en los planos y la manera de rodar en interiores y exteriores, pues mantiene esa esencia tan de las películas western de los años 60 y 70 con grano; planos, como un gran general en el desierto y una caravana de caballos en la parte inferior del mismo y otros tan típicos como el detalle de los ojos en un duelo y el americano en ese mismo tiroteo. Me han asombrado.
Pero no ha habido nada como ese final tan funebre como épico que ha hecho que me saliera la lagrimilla, con ese gran homenaje a la apoteósica BSO de la película sesentera a todo volumen (aunque el diseño visual del inicio de los créditos finales no fuera muy acertado).

Remakes así, sí que son bienvenidos. 8/10