Harry Potter y el Prisionero de Azkabán no solo es la mejor película de las que he visto hasta ahora (de Harry Potter, que son cuatro), sino que también es el mejor de los libros (compartiendo el primer puesto con el quinto, La Orden del Fénix).
Verdaderamente mágico, deslumbrador y brillante film que cuenta con una fotografía y una filmación notable que supera a sus entregas anteriores (y a su siguiente también) de un modo magistral. No es lenta, no es aburrida y está hecha con cierta sutileza inglesa que, a diferencia de las demás, cautiva desde el primer momento.
Banda sonora increíble y director brillante.
Notable.