Es la segunda vez que veo esta película y, en fin, consigue intrigarme, aunque confieso que he necesitado un segundo visionado para entender todo el contenido y, una vez digerido, me decepciona un poco. Aún así, insisto, el propósito de Brad Anderson de generar suspense lo consigue con creces.

Por otra parte, es evidente que uno de los puntos fuertes de esta película es la escalofriante interpretación de Christian Bale, a quien no descubriremos ahora, pero es que en “El maquinista” está sublime, a lo que acompaña claramente el deterioro físico (lo que en los noventa era clave para asegurarse el Óscar).

Y aunque me siento un poco local diciendo esto, resulta gracioso ver a Bale junto a las chimeneas de Sant Adrià o deambulando por El Prat (aunque más gracia me hace verlo entre las serpentinas y rojizas calles de mi pueblo, Albarracín, en “The Promise”… sino lo digo reviento!).

En definitiva, interesante, aunque no me fascina.