Edward es tan profundamente humano que siento que será la mejor actuación de Johnny Depp en su prolija carrera. No sólo encarna al monstruo, al diferente, sino que en sus expresiones se adivina también al niño, al joven melancólico y al hombre decidido que hace frente a la vida y sus percances. La figura sombría de Edward, con su atuendo de retazos de piel y su cabello gótico y punk, se queda en la retina amable y tierna, que como en las mejores cintas mudas de Chaplin, solo los gestos, el lenguaje corporal, narran su sufrimiento, su amor y su esperanza. La historia, bueno la historia parece de Disney con el toque sombrío y algo tenebroso de Burton, es dulce, inquietante, triste y esperanzadora a la vez.

Depp es un gran actor y como se sabe un consentido de Burton, sin duda porque aquí en el Manos de Tijera se ganó, su admiración y profundo respeto. NO es para menos, Edward vive y trasciende la pantalla en el tiempo, hace 26 años y sigue siendo una gran interpretación. Recomendada