Tras un obligado interceso de géneros -con drama bélico, giallo de Argento a título anecdótico y un aperitivo corsario con Hill juntos a ratos- Bud vuelve a las tollinas polvorientas con su compañero 'a la fuerza' titular -aunque no único en lo que le restaba de carrera- para retomarlo justamente donde lo dejaron.
La principal novedad estriba en que el vestuario se reparte esta vez en pijamas harapientos -para el desierto-, traje de señoritos -en el restaurant- y hábitos de monje -para confesarse, repartir hostias consagradas y jugar al rugby con cargamentos de oro-.
Además disponen de una familia a la altura de las circunstancias integrada por la madraza y musa trash Jessica Dublin ('Rejuvenatrix', 'Vengador Tóxico 2 y 3') y el icono fordiano Harry Carey Junior, hijo de otro icono fordiano y senior homónimo.
spoiler:
Por cierto, Bud Spencer y Terence Hill no gozarían de la oportunidad de ser Asterix y Obelix, aunque tendrían su propio barco de piratas en forma de cuatreros a los que robarles los caballos y las habichuelas de la sartén.
Tan rica en personajes, situaciones y running gags -la familia "atracada" que no deja de cruzárseles necesitando de su auxilio- que, sin urgirle tener siquiera un argumento concreto, funciona con precisión relojera un cúmulo de chistes tan formidable y genial que acaba resultando obscenamente superior a su estupenda predecesora.