Del visionario director Mike Burns que no te suena de absolutamente nada pero que, dando un garbeo por su filmografía reciente, se ha encargado de dos de los ¡20 trabajos! en los últimos ¡2 años! de Bruce Willis, llega a las plataformas de streaming -es decir, el 'alquílala en tu videoclub' del siglo 21- con (voz en off de los locutores que te narraban los trailers de videoestrenos en VHS antes de empezar la película)... ¡Sin escapatoria!
Los agentes corruptos más zarrapastrosos de la America profunda -un doble de Frank Zappa, su hermano bizco y una modelo con la cara (y el talento para actuar) de una actriz porno- se reparten fechorías en un pueblucho y son descubiertos accidentalmente -de eso Willis sabe un rato- por dos turistas de ciudad en sus vacaciones: una fotoperiodista que se va al monte para esparcir las cenizas de su padre y un poli prejubilado y viudo que paseaba por ahí -moviéndose lo justo, con el grueso de encontronazos físicos para ella-.
Lo de Ramón Langa, por cierto, es un encomiable ejercicio de lealtad que traspasa cualquier micrófono de doblaje: hace bastantes años que ni tan siquiera Steven Seagal puede presumir de lo mismo en España.
Por cierto, ¿os acordáis de cuando vimos a Jaime King en 'Sin City', 'El monje' o en 'Doctora en Alabama' -ésta yo y cuatro más, creo- y pensábamos que algún día sería una gran estrella? Lamento corroborar que eso no sucederá.