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Voto de antonio lopez herraiz:
7
Drama Erik y Phillip intentan salir adelante como escritores. Erik es rechazado por las editoriales por su supuesta falta de talento, pero el manuscrito de Phillip es aceptado y, casi de la noche a la mañana, el joven se hace un hueco entre los grandes de la escena cultural noruega. Seis meses después, Erik y sus amigos visitan el hospital psiquiátrico en el que Phillip se encuentra internado para llevarlo de vuelta a casa, después de haberse ... [+]
2 de abril de 2022
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si el proceso de escritura es, en su estado más visceral, un ejercicio de liberación, ¿cómo le repercute a quien trata de ganarse la vida escribiendo -y a quien, por tanto, escribir le otorga vida- ser privado del equilibrio que proporciona dicha libertad tras el giro al que su vida es sometida para, a posteriori, terminar encerrado en un psiquiátrico? Pues destruyéndolo y socabándolo anímicamente, causándole un perjuicio, creativo y profesional, que lo incapacitará incluso en lo personal para relacionarse con otras personas.
Para su primer largometraje, y capítulo de la ahora denominada 'Trilogía de Oslo', el debutante Joaquim Trier bucea y reconstruye la personalidad de un escritor emergente (Anders Danielsen Lie) sumergiéndose en su vacío emocional tras estallar cuando le sobrepasa la fama y su incapacidad para gestionar el éxito equilibradamente, así como la de una inconsciente nemesis personificada en su mejor amigo, un narcisista, también escritor, mucho más predispuesto para vivir el auge mediático (pero no las relaciones personales, pese a maquillar socialmente su misantropía).
La inestabilidad mental, la ansiedad y la sensación crónica de angustia causada por la sequía de ideas, de hilar sentimientos o palabras a las que les empuja el estado de bloqueo creativo van convergiendo colateralmente con otras emociones -fraternidad, envidia, amor- en sus principales protagonistas, dañando colateralmente a quien trata, precisamente, de acompañar, al menos a uno de ellos, por el gris camino del anacoreta asocial: esa luz es cegadora y la aporta Viktoria Winge.
Atreviéndome a describirla como un 'Wonder Boys' nórdico con puntazos ocasionales de la misma energía narrativa que pretéritas muestras de Cedric Kaplisch o Danny Boyle, es éste un prometedor debut de augurios no desencaminados.
antonio lopez herraiz
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