Tres amigas deciden irse a pasar el fin de semana juntas en una cabaña perdida en el culo del bosque... ¡Bien!
Pese a que el plan inicial es el de divertirse solas y sin hombres... ¡mal! digo... ¡Bien! bueno, depende de en lo que derive la fiesta, no estarán solas porque para eso sirve una cabaña que está perdida en el culo del bosque, por lo menos en una película de terror. Así que... ¡Bien, otra vez!
¿Un psicópata enmascarado con una motosierra o un machete más grande que el brazo? ¿Árboles violadores? (lo has visto, ¡y lo sabes!) ¿un monstruo suelto? ¿zombis hambrientos de sesos?
¡Caliente en lo último! Pero son zombis del tamaño de las albondigas asesinas que reviviría 'a posteriori' su mismo responsable en 'Critters: A New Binge' (2019, Jordan Rubin).
¡Maravillosos parajes naturales! ¡Chicas con ganas de divertirse sin ellos! ¡Chicos con ganas de divertirse con ellas! Un cazador y lugareño desencantado con los turistas y....
¡¡CASTORES ZOMBIES!!
Ojo, porque el amor a la naturaleza no excluye que haya espacio, antes, durante y después de que lleguen el gore y los miembros cercenados (o comidos) para el amor más terrenal y el románticismo entre las víctimas:
"- ¡Nunca había visto a un castor tan de cerca!
- Yo tampoco.
- Pues entonces deberías inspeccionarme los bajos, Buck".
La primavera la sangre altera, pero el verano logra que se altere el comportamiento de un roedor. Y claro, lo segundo lleva a lo primero.
Aunque si lo que quieres es ver palmitos sin que tu imaginación tenga que hacer la mayor parte del trabajo ignora a Rachel Melvin ('Dumb and Dumber To') y la Miss Illinois Lexi Atkins para centrar tu atención exclusivamente en Cortney Palm poniéndote como a su apellido.
Una película necesaria.