Cuando un servidor conoció esta miniserie le saltó la duda. Leía algo así como la "precuela" de The Wire o mejor dicho, la semilla que se plantó para que saliera esa obra maestra llamada The Wire.

Tenía dudas, obviamente, no sabía uno que se iba a encontrar hasta que leyó la sipnosis y la curiosidad empezó a picarme y decidí hacerme con ella. Las dudas iban porque yo no sabía que me iba a encontrar, sabía que era de David Simon pero creía que me iba a encontrar con algo experimental, simplemente un esbozo, algo que no iba a profundizar demasiado en el tema del cuál trataba, simplemente creía que Simon hizo esta serie como prueba de lo que podía ser The Wire.

Pues bien, nunca me he puesto tan feliz por equivocarme con algo. No solo me encontré con un drama inmenso, unas interpretaciones espectaculares y la mejor miniserie de la historia, me encontré con la mejor recreación de los efectos de las drogas jamás hecha ya sea serie o película.

Desolador, una inmensa tristeza, un apego a los personajes como si fueran conocidos tuyos, un drama inmenso de época. Con esta miniserie jamás verás igual a cualquier yonki que veas por tu barrio, todos tienen su pasado, su familia, su drama.