Cats es una película estupenda. No hagan caso de las críticas feroces y véanla con el alma inocente. Cats es música y baile, es poesía convertida en canciones y también es visualmente preciosa. Es fantasía. Es un canto a la vida y a la alegría de vivir, es magia. Cats es todo eso y seguramente mucho más. Depende obviamente de los ojos que la vean y los oídos que la escuchen y lo que quieran apreciar o no. Es una rareza. Una perla en el océano. Un soplo de aire fresco. Una sonrisa al gusto de todos. Es original, única y hermosa. Y los escupitajos que hoy día tratan de alcanzarla se quedarán cortos. Porque Cats el musical es inmortal. Y su película está a la altura. Siempre quedó bien meterse con el musical Cats, mirar por encima del hombro esa obra aparentemente sin sentido. Pero había tortas por conseguir entradas y si duró lo que duró en el escenario por algo sería. A su hija cinematográfica le pasa lo mismo. Pero ella será siempre esa perla para los que la sepan apreciar. Y con el tiempo, seran muchos más los que lo hagan.