Típico cortometraje que ha envejecido bastante mal por culpa de sus compañeros de género. El mensaje melancólico y tristón mezclado con una música de un estilo muy particular es una combinación que por desgracia nos estamos empezando a hartar, y en mi caso, Padre e hija ha pagado los platos rotos.

El cortometraje no tiene incógnita alguna, tan solo la resolución del final. Todo lo demás es una sucesión de recuerdos bajo unos dibujos bastante curiosos pero que no acaban de llegar, y cuando finalmente lo hacen, el cortometraje justamente se termina.

No es malo ni mucho menos, pero el género empieza a saturarse.