Puntuación Crítica 6,5

Cuando amar puede ser un amargo sabor de boca, Woody Allen dirige Wonder Wheel, un drama con una llamativa fotografía, realizada por su colaborador habitual, Vittorio Storaro, mostrará las infelices vidas de Ginny y Humpty, transmitiendo al espectador la amargura de sus vivencias. El director neoyorkino que desde hace 40 años (“Annie Hall”, 1977) no falta a su cita anual con el espectador, siempre se rodea de un gran elenco de actores en sus producciones. En esta ocasión, ha contado con la participación de John Belushi, Juno Temple, el cantante y actor Justin Timberlake y Kate Winslet. Esta última recién ganadora del Premio a la Mejor Actriz en los Hollywood Film Awards por su papel en Wonder Wheel.

Nos encontramos con un narrador en primera persona partícipe en la historia, Mickey Rubin (Justin Timberlake), un joven socorrista que sueña con ser un gran dramaturgo, guía la historia desde un punto de vista intenso y dramático, compartiendo sus sentimientos con el público, convirtiendo a éste en un aliado en la trama. Nos relatará las vidas de Ginny (Kate Winslet) y Humpty (Jim Belushi), un matrimonio que no pasa por su mejor momento, debido al alcoholismo de Humpty y la frustración de Ginny por su trabajo de camarera, dejando a un lado su sueño de poder ser actriz. A demás, la llegada de un tercer personaje, Carolina (Juno Temple), hija de Humpty, provocará una mayor tensión en las vidas de éstos debido a que Carolina es buscada por un grupo de mafiosos y su vida está en peligro.

Esta nueva película de Woody Allen no ofrece una historia original, vemos una trama bastante repetitiva que gana más por la actuación de Kate Winslet y por la fotografía y escenarios que componen la película.

Ginny (Kate Winslet) una mujer con grandes cambios de humor, podríamos decir que lo que más destaca de éste personaje es la bipolaridad y la amargura que sufre constantemente. No obstante podremos ver aparte de sombras, algunas luces en su personaje gracias a Mickey (Justin Timberlake) el cual dará esperanzas y ganas de vivir a Ginny.

Por otro lado, la ambientación de Wonder Wheel es sublime. Vittorio Storaro capta unos espacios y escenarios muy coloridos que transmiten a primera vista felicidad, algo bastante contradictorio respecto a lo que sienten los personajes que constantemente se ven envueltos en tristeza y amargura.

Storaro juega con las luces dependiendo del estado de ánimo de los personajes, es decir, emplea colores más fríos cuando la tristeza sobresale en la escena o colores más cálidos cuando la furia y los celos se apoderan, por ejemplo, de Ginny.

La narración tiene un ritmo algo lento en algunas partes de la historia, haciendo que el espectador pueda aburrirse, aunque como constantemente encontramos una fotografía con colores muy saturados y llamativos, se gana con esto más al público, en vez de por una trama diferente o con algún matiz más novedoso. Aunque la historia pueda dar pie a la introducción de algunos aspectos más cómicos, en ningún momento encontraremos eso, convirtiéndose en una trama bastante dramática que llega a transmitir angustia y amargura.

Wonder Wheel, ofrece una historia que ya hemos visto en contadas ocasiones, la cual parece que se ha quedado a medio camino, ya que es un trama que no llega al espectador, ni tampoco los personajes que la componen, destacando la maravillosa y colorida fotografía de Storaro y la magnífica actuación de Kate Winslet.

Escrito por Sandra Gil Bermejo
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