Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Cinemagavia:
9
Musical. Romance. Drama Moderna versión de "Romeo y Julieta". En el West Side de Nueva York, un barrio marginal, se disputan la hegemonía dos bandas callejeras: los "sharks" son puertorriqueños, y los "jets", de ascendencia europea. El jefe de los primeros es Bernardo, que vive con su hermana María, la cual acaba de llegar a Nueva York. Una noche, en un baile, coinciden los dos grupos y se desencadena una violenta pelea. (FILMAFFINITY)
15 de mayo de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
*No somos ni Romeo ni Julieta

Para comenzar, el guion adapta la famosa tragedia de “Romeo y Julieta”, de William Shakespeare, pero desde un prisma totalmente distinto y con un trasfondo social de gran importancia. Mientras que se habla de los sentimientos en gran parte del film, también expone la necesidad de erradicar el odio, la fustigación, el miedo al otro y el racismo. Es más, siendo una película de 1961, es mucho más moderna que muchos filmes que se estrenan hoy en día.

Por lo cual, Ernest Lehman ha sabido construir un relato lleno de matices, alejándose de extenderlo en una superficialidad innecesaria. A diferencia de otras películas de género musical, con este film no se da únicamente foco al lucimiento de la música y los números de baile que acompañan a ésta, sino que hay un análisis sociológico importante, no como en obras notables, pero sin esa profundidad, como “Grease”. Con ello, demuestra que contiene en sí mismo una sensibilidad y una inteligencia elevadas y sabe lanzarse a manejar distintas líneas de acción. Por lo tanto, posiciona al espectador ante una sucesión de resortes emocionales, pero introduciendo reflexiones que enriquecen su resultado. Después, ha sabido adaptar al lenguaje cinematográfico el idioma de los escenarios y no se percibe esa metamorfosis, algo que no siempre ocurre, ejemplo de ello es “Un dios salvaje”, en el que hay herencia del formato original.

*Actores de un romance sin final

El reparto de West Side Story (Amor sin barreras) está formado por múltiples actores y actrices, que conforman un universo artístico muy enriquecido. En primer lugar, hay que aplaudir el gran trabajo corporal que se ve en todas las secuencias, en las que, junto a la expresión visual, hay un realismo coherente. En particular, no siempre es fácil manejar un elenco coral, pero aquí se permite establecer una dinámica en continuo movimiento. Igualmente, se respeta la importancia de cada persona en escena, pero es importante destacar el trabajo conjunto. No hay que olvidar que la película exige un nivel físico elevado y lo cumplen con creces. Ninguno de los actores se encuentra fuera de lugar, por más pequeño o grande que sea su papel. Por consiguiente, la sinergia que se crea es tan espectacular como el propio film.

Después, hay que destacar, en especial, la labor de Natalie Wood y Richard Beymer. La primera está excelente, tiene una pasión en su capacidad interpretativa que conjuga con la virtuosidad de su capacidad vocal. Gracias a ello, da una actuación de ensueño. Luego, Beymer no se queda atrás, aunque no tiene todo ese potencial esplendoroso, lo resuelve de una forma magnífica y da esa ingenuidad madura, que no es tan fácil llevar ante una pantalla. No se puede concebir a María y Tony sin ellos. Por otra parte, Rita Moreno y George Chakiris son certeros y claros en sus interpretaciones, se deshacen de cualquier floritura. Por lo que son de las mejores interpretaciones del film. Y, por último, mencionar a Russ Tamblyn, que capitanea y sostiene el punto de unión artístico de una forma infalible.

*Ni estamos en la Italia medieval

El guion es una maravilla, el reparto actoral es estupendo, pero, indudablemente, la realización técnica es extraordinaria. De alguna forma, lo que se crea en West Side Story (Amor sin barreras) no se describe con palabras, hay muchas secuencias que hacen que la audiencia se emocione y no pueda evitar llorar de alegría, de pena o, simplemente, de admiración. Antes de nada, sería conveniente subrayar la habilidad para hacer unas coreografías medidas al milímetro, con una grandiosidad totalmente organizada. Además, cada movimiento está calculado y tiene detrás de él una justificación artística, espacial o narrativa. Por lo cual, es exquisito. Luego, la dirección de fotografía ha sabido enmarcar esos momentos mágicos, sabiendo en todo momento donde colocar la cámara y sacar provecho de ese maremoto artístico sin ser presuntuoso. Es más, ahí erradica su éxito, que es no forzar nada.

Por otra parte, la dirección de arte juega un papel fundamental en el film, con la creación de una identidad acorde a lo que está planteando en la película. En particular, hay una ambientación que acerca al espectador a los ambientes marginales, pero no con intención de causar lástima, sino de explicar los códigos que se establecen entre bandas. Aun así, el uso de interiores en coordinación con exteriores, da un intercambio de exposición artística apropiada. Es decir, hay una construcción totalmente diversa, que nunca se estanca. Sin embargo, el factor que se lleva los mayores elogios es la música. Debido a la gran calidad de la banda sonora, se puede decir perfectamente que es un regalo para disfrutar. En otras palabras, envuelve al público en una vorágine sonora tan increíble, que se queda fascinado ante tal proeza. Una de las mejores películas musicales de todos los tiempos.

*Conclusión

West Side Story (Amor sin barreras) es un musical con todas las letras, siendo un referente para la industria del cine. El guion ha sabido adaptar la tragedia de “Romeo y Julieta” por otros derroteros, dándole una identidad propia y una reflexión que, todavía hoy, es imprescindible. Luego, el reparto es magnífico, brilla con luz propia y tiene una capacidad expresiva y vocal que deja boquiabiertos al público. Por otra parte, a nivel técnico, es todo un espectáculo, destacando, sobre todo, la música. De modo que la banda sonora es un regalo y hace que la emoción esté a flor de piel en todo momento. En pocas palabras, puro cine. Un baile deslumbrante que deja un poso de fascinación en el espectador, donde se demuestra que la buena música y el buen cine son un combo explosivo.

Escrito por Diego Da Costa
Cinemagavia
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow