*Una serie tan simple como cabría esperar

El hombre contra la abeja es una serie que parece simple, y sí, es simple a más no poder. Soy de los que no soportan que una mosca haga vuelos delante de mi persona, y si la tengo entre la televisión y yo, la cosa se agrava aún más (no se si sois de la misma opinión). Este diminuto insecto es el detonante de lo que veremos en la pantalla de nuestra casa. Un hombre (Atkinson) trabaja para una empresa que ofrece sus servicios como cuidadores de casas. Este hombre se estrena en estas lides con una impresionante casa (eso sí, bastante fría en su decoración) que pertenece a una familia pudiente.

La casa es de esas inteligentes, donde la tecnología está al servicio de sus caprichos. Atkinson verá cómo ese sencillo trabajo resultará siendo una pesadilla de proporciones catastróficas. La serie es una sucesión de asaltos casi pugilísticos entre él y una puñetera abeja. Asistiremos a escenas tan ridículas como divertidas, donde el humor absurdo se junta con el slapstick.

*Su papel es el de siempre, y lo curioso es que sigue funcionando

Rowan Atkinson es un actor que no necesita presentación, es Mr Bean y siempre lo será. Cierto es que antes de eso ya era popular gracias a la serie de televisión The Black Adder (La víbora negra), que duró cuatro temporadas (1983-89). También lo vimos en un pequeño papel en el film fuera de la franquicia de James Bond, Nunca digas nunca jamás (1983).

En El hombre contra la abeja, vuelve a realizar una mezcla humorística de su famosa serie, junto a films como Johnny English (2003). Eso quiere decir hacer de patoso aunque no quiera. Su expresión corporal como sus actos son ya marca de la casa, cuando uno se pone algunas de sus actuaciones sabe que tarde o temprano la va a liar.

*Con lo mínimo saben sacar una serie divertida

La puesta en escena de la serie es mínima, pese a ello y la casi sola presencia de Atkinson y la abeja en pantalla (más allá de varios actores que aparecen esporádicamente para insuflar aire) la cosa funciona. Hay dos cosas que hacen que El hombre contra la abeja se disfrute. Por un lado la casa inteligente, pues su tecnología actúa como trampa para Atkinson y salvavidas para el insecto. La otra sería la inteligencia de los guionistas, pues crean escenas simples pero en el que las fuerzas se igualen entre los dos protagonistas.

Ver las situaciones en que se mete este hombre por intentar librarse de ese molesto huésped solo pueden conducir a estupideces tan ridículas como desternillantes. Por más que el humor escogido sea el slapstick más primitivo, los encargados de sacar esto adelante parecen tener la fórmula bien engrasada.

*Conclusión

Para ir terminando esta crítica, solo podría decir que tanto el actor principal (Atkinson) como los guionistas son los verdaderos artífices de que El hombre contra la abeja sea un pasatiempo tan inofensivo como muy entretenido. Es curioso cómo con algo tan simple es posible pasarlo tan bien, y encima su escasa duración por episodio la hacen ideal para ver en pequeños ratos libres que la vida cotidiana nos pueda dar.

Tampoco quiero que penséis que estoy alucinando con esta serie, es simple y ahí está su fuerte. En ese humor casi de patio de colegio, donde su visionado está pensado tanto para adultos como para niños. Desde luego esa mezcla no es nada fácil de conseguir, y el equilibrio que nos da El hombre contra la abeja apuntala sus puntos fuertes. Por mi parte la recomiendo, puede que ese humor ya esté caduco o venga de un tiempo pasado, pero siempre tiene un nicho de gente que la encontramos tan deliciosa y chorra, como inteligente y disfrutable.

Escrito por Víctor Vega Cuervo