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Voto de Cinemagavia:
9
Comedia. Intriga California, año 1970. A Doc Sportello, un peculiar detective privado de Los Ángeles, le pide ayuda su exmujer, una seductora "femme fatale" debido a la desaparición de su amante, un magnate inmobiliario que pretendía devolverle a la sociedad todo lo que había expoliado. Sportello se ve envuelto así en una una oscura trama, propia del cine negro. Adaptación de la novela homónima de Thomas Pynchon publicada en 2009. (FILMAFFINITY)
27 de julio de 2021
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Posmodernismo

Thomas Pynchon, rey de la moralidad irónica estadounidense, ha examinado a conciencia la historia de los Estados Unidos desde su nacimiento, centrándose principalmente en el último siglo y abarcando con sus críticas hasta nuestros días. El cine de Anderson es una de las manifestaciones más logradas del posmodernismo literario —del que Pynchon es uno de los grandes pilares— en el cine, como mínimo desde la segunda mitad de la década de los 70 hasta la actualidad.

En el asfalto gris de las calles californianas, entre las ondas electromagnéticas y los jadeos de las copulaciones, se destaca la pureza del amor; intacta e inmaculada como en la memoria y atravesada por la lente sucia de una cámara. Como cualquier autor posmoderno, la película de Anderson encierra el paradójico sentido de la vida en un envoltorio de referencias e interpretaciones.

El protagonista, Sportello (Joaquin Phoenix), es una especie de Bukowski que ve perturbada su tranquilidad, provocada por un exceso de drogas, cuando regresa a casa su viejo amor, Shasta Fay Hepworh (Katherine Waterston). La chica le pide a Doc ayuda con un problema personal: frustrar la conspiración que se está ideando contra su amante, el magnate Mickey Wolfmann, cuya esposa —también adúltera— está pensando en ingresarlo en un manicomio. Para Doc, que inevitablemente acepta el trabajo, será solo el punto de partida de una serie de eventos extraños, aparentemente sin relación entre sí.

*Años 70

El motor de la acción es un fantasma del pasado, mientras que el tema que se retrata es el fantasma de toda una sociedad. La sociedad que despierta del sueño dorado de los años 60 para encontrarse en el caos psicodélico de una época que promete ser precaria e incierta. Una fuerte sensación de melancolía, que representa el último bastión de libertad, va más allá y, además de ofrecer esta visión existencialista, nos confronta con el deseo de contar la inocencia perdida de un país que actualmente se reconoce profundamente envejecido.

Inherent Vice, al igual que la novela de Pynchon, no es solamente una película, sino que se transforma en una experiencia, transcendiendo la propia pantalla.

*¿Qué adapta Anderson, y cómo?

Si tomamos la novela de Pynchon y realizamos una comparación con el filme, observamos que, de un modo u otro, todas las descripciones y diálogos del texto aparecen en la película, —en ocasiones de forma literal, con palabras, y en otras visualmente (mucho más interesante, pues esa es su herramienta principal: la imagen)—, excepto algunos pasajes de los que el director, debido a la restricción temporal más que evidente, tuvo que prescindir.

Anderson, teniendo como base la forma en que Pynchon retrata, minuciosamente, las diferentes ciudades ficticias del sur de California. Nos presenta la confusión y la paranoia a través de colores muy llamativos, de ropas con estampados florales, drogas y muchas palmeras.

Asimismo, abundan los planos contrapicados que muestran al personaje desde abajo, acentuando la inestabilidad de un personaje drogado. Destaca el uso excelente del juego entre el plano general y el primer plano; las escenas comienzan con un plano general de la situación, el espectador visualiza la situación, entra en la escena y la comprende. La tensión va en aumento y la expectación in crecendo. Finalmente, el espectador obtiene lo que desea, un primer plano del personaje sufriendo, drogándose o disfrutando. Esta sucesión se repite en la mayoría de escenas del filme, de lo más general a lo más concreto.

*Jonny Greenwood

La novela de Pynchon, como obra posmoderna, está plagada de referencias culturales y, por tanto, la música se integra como un elemento más. Hay una continua alusión por parte de los personajes, y del narrador, a determinadas canciones o bandas de música del momento. Se facilita al lector la recreación mental de una escena y se logra aumentar la empatía hacia el personaje.

Junto a Jonny Greenwood (guitarrista y compositor de Radiohead), Anderson alcanza un equilibrio perfecto reforzando musicalmente lo que se está viendo en la imagen; así, la música sirve para ambientar y contextualizar una época concreta.

*El detective drogadicto

Desde el texto pynchoniano, la figura de Doc Sportello se encuentra en un equilibrio perfecto entre lo real y lo ideal. Si en la novela está ligado al ideal masculino más cercano a la literatura y al cine de autor (ejemplificado por John Garfield —a quien Doc admira—), en la película, la indeterminación del personaje es mucho más íntima. Hay un sentimiento constante de melancolía, de arrepentimiento por un amor perdido y de un sufrimiento incesante por la falta de la mujer amada.

La figura del héroe Larry Doc Sportello es omnipresente en la narración y en la acción. La cámara siempre sigue sus movimientos e interacciones con los demás personajes e incluso nos muestra lo que sólo él puede ver. De este modo, Anderson se centra (igual que Pynchon) en investigar el estado de paranoia de Doc, ya sea por drogas o por experiencias dictadas por la vida. Un personaje envuelto en una mezcla de comedia y peligro constante. El espectador nunca tiene claro si reírse con él o preocuparse por su vida.

Conclusiones

Inherent Vice consigue transmitir a la perfección la dualidad perceptiva que imperaba durante los años 70 en Norteamérica, concretamente tras la detención de Charles Manson. La felicidad hippie se combina con el nerviosismo y el temor: referencias al Apocalipsis, hombres con el pelo largo hasta los hombros o situaciones peligrosas debido a distracciones imprevistas.

De colores discordantes, alucinaciones, atmósferas oníricas y una moral burlona, encontramos la cohesión de la obra; es una fiesta que celebra el triunfo de la no linealidad. No es un defecto de forma, como indica el título, es un objetivo perseguido por ambos.

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Escrito por Soraya Unión Álvarez
Cinemagavia
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