Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Cinemagavia:
8
Comedia David Shayne es un autor teatral fracasado que, por fin, consigue financiación para una de sus obras. Pero a cambio tiene que aceptar una condición: darle un papel secundario a Olive, la incompetente novia del productor, el gángster Nick Valenti. Olive acude a los ensayos acompañada de su guardaespaldas Cheek, que, lejos de limitarse a vigilarla, se permite sugerir cambios para mejorar la obra. A fuerza de ceder a los consejos de Cheek, ... [+]
7 de junio de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Asignando papeles

El resto de actores para la obra forman un auténtico conglomerado de manías, excentricidades y peculiaridades. Helen Sinclair (Dianne West) es una vieja gloria del teatro que dejó de tener éxitos hace tiempo y en ese momento tiene una viva afición a trasegar alcohol y coleccionar maridos. Warren Purcell es buen actor con tendencia a comer demasiado cuando se enerva; Eden Brent es un actriz algo cursi, nerviosa y excepcionalmente apegada a su perro. Todos ellos comenzarán los ensayos de Dios de nuestros padres.

Parte de los enredos, como bien puede adivinarse, provendrán de las relaciones entre los componentes del reparto. En algunas ocasiones serán delirantemente malas y en otras (como en el caso de Warren y Olive) darán lugar a peligrosas aventuras amorosas. Sin embargo, hay un personaje decisivo en Balas sobre Broadway que aún no hemos presentado y que siempre está presente en los ensayos. Hablamos de Cheechs (Chazz Palminteri), el vigilante de Olive.

¿Dónde está el talento?

Cheechs es el «vigilante», un vulgar matón de la mafia, que el gánster Nick Valenti ha puesto a su novia Olive para que no la pierda de vista, toda vez que no se fía de la gente del teatro. En principio solamente se encarga de estar en el patio de butacas sin intervenir. No obstante, harto de lo aburrida que le resulta la función, acaba estallando y atronando con sugerencias para «mejorar» la obra. David descubre con estupor que todo el reparto está de acuerdo con el matón Cheechs.

Progresivamente Cheechs irá aportando más y más ideas, todas geniales según parece, que David irá presentando como suyas. Ocurre, sin embargo, que Cheechs empieza a sentir orgullo de autor e irá reclamando cada vez más imposiciones que David no puede permitirse.

Una de las ideas más interesante de la película es si hay un camino para obtener el genio, el talento. David ha estudiado dramaturgia, conoce al dedillo las obras Chéjov y Strindberg. Cheechs, por su parte, es un hombre criado en la calle que no tiene ningún rudimento literario. Y sin embargo Cheechs acaba demostrando un genio que David nunca podrá tener. ¿Por qué? ¿Acaso el genio no se alcanza con preparación y dedicación? ¿Se posa en la persona que quiere y cuando quiere? En Balas sobre Broadway, por cierto, se da a entender que la obra escrita originalmente por David es un fárrago intelectual con coartadas freudianas. El estilo de Cheechs es, al contrario, palpitante y vivaz.

El artista y la persona

En otras peripecias de Balas sobre Broadway se deja deslizar la idea de la separación entre artista o persona. Durante los ensayos de la obra de teatro David mantendrá un idilio con la vieja gloria Helen Sinclair. Sin embargo David se plantea si lo que hace funcionar la atracción es una mutua admiración intelectual, más que la pasión propiamente dicha. David, por cierto, tiene novia (Ellen,a la que por lo tanto engaña) pero para él no tiene el suficiente poso «intelectual».

Los escarceos entre David y Helen se nos presenta como teatrales y cerebrales, como si ambos estuviesen representando a su vez una obra de teatro. Sin embargo Ellen ama a David como persona, le da igual el artista. Es un afecto mucho más cálido y sincero. David tendrá que dilucidar con cuál de estos dos amores quedarse.

Las actuaciones en Balas sobre Broadway
Sin duda uno de los ingredientes que hacen de Balas sobre Broadway una magnífica comedia es la calidad de las interpretaciones. Es portentosa la actuación Chazz Palminteri en su papel de Cheechs, al que dota de una inteligente ambigüedad; es un sicario gañán, violento y adicto al juego pero, a un tiempo, es también creativo y talentoso. Durante algunos instantes en que se nos muestra en las distancias cortas llegamos a empatizar con él y sus circunstancias.

John Cusack da vida admirablemente a David, el dramaturgo. Es un trasunto del propio Woddy Allen pero en versión joven; el director se descartó a sí mismo al considerarse demasiado mayor para el papel. Cusack aporta ese toque entre nervioso y neurótico del neoyorkino que, sin embargo, sufrirá una intensa y progresiva evolución.

Dianne Wiest fue galardonada con un Oscar a la mejor actriz de reparto por su encarnación de la vieja gloria del teatro Helen Sinclair. Sus ademanes histriónicos y la terca sensación de que vive en un mundo aparte nos da una perfecta muestra de lo que sería una estrella en decadencia. Sin duda la Academia acertó adjudicándole el galardón.

Woody Allen y su época favorita

Balas sobre Broadway se ambienta en los años veinte, que es un lugar común en buena parte de la filmografía de Allen. En época similares se ambientan, p.ej, La rosa púrpura del Cairo, Acordes y desacuerdos, Broadway Danny Rose, Midnight in Paris… Por lo tanto, dado el cariño que Woody Allen tiene a esta época, la película está ambientada de forma inmaculada. A resultas de ello la dirección artística, y de paso la fotografía de Carlo di Palma, es tratada con un esmero detallado y cuidadoso.

La música de esta época es otra de las debilidades de Woody Allen, siendo pública y notoria su devoción por el jazz. De hecho la banda sonora de Balas Sobre Broadway esta formada canciones de George Gershwin, autor muy querido del director y, sin duda, un toque de distinción.

Conclusión

Balas sobre Broadway es una comedia que solamente por sus peripecias humorísticas ya merece un visionado. De propina nos invita a reflexionar sobre el artista, la creación y el talento. Además, Woody Allen se da el gustazo de enmarcar la historia en el mundillo del teatro de los años 20. Es inevitable también que el neoyorkino se exponga a sí mismo en el personaje de John Cusack, que lidera un reparto con unas actuaciones primorosas y divertidas.
Escrito por Mariano González
Cinemagavia
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow