El poder de esta película es impresionante. Y es que rara vez alguna otra ha conseguido que ponga todos mis sentidos en ella desde la primera hasta la última escena. Ya sea por el análisis que hace del comportamiento humano (habría que plantearse si todos seríamos capaces de reaccionar y de seguir adelante en situaciones tan límite como las que aquí se muestran), por la impresionante actuación de Will Smith (me quedo sin adjetivos para describir el cómo ha plasmado el sufrimiento y lucha que conlleva su personaje) o por la atrapante historia de superación que presenta (pocas han conseguido hacerme sufrir, padecer o vibrar como si todo lo que aquí sucede me estuviera ocurriendo), la considero como una de esas películas de obligado visionamiento.

A mi mente acuden escenas muy emotivas, que me traen palabras , gestos y frases inolvidables, que merecen una profunda reflexión, que llevan implícita una valiosa lección.

Sinceramente, me ha sorprendido averiguar que esta fenomenal película no estuviera nominada en la categoría de "Mejor película" en los Oscar de 2007, o que Will Smith no se llevara el Oscar a mejor actor. Por lo que "El último rey de Escocia" será una de las próximas películas que vea, para comprobar si realmente Forrest Whitaker ha podido superar esta maravilla.