Gracias a este nuevo experimento que queda englobado en lo que se define como "Cine", comprendemos que siempre existe una película peor que la peor película que has visto. No es peor que muchas, pero sí peor que la mayor parte de las más malas que he podido ver.

Reflejo del preso más conocido de toda Inglaterra, la película narra, o más bien expone a modo de recortes imprecisos, las peripecias del enjaulado, que se reducen a constantes palizas recíprocas con los guardias de cada prisión que pisa. Llamadme simple por la lectura de la película, pero es que realmente no saco nada más en claro.

Si la vida de este tipo realmente se reduce a lo mostrado en este retrato, desde luego no merece la inversión de dinero, tiempo y promoción que ha tenido esta película, y menos aún merece prestarle un mínimo de atención porque no representa ningún modelo, ni manifestación representativa de los nuevos tiempos de nihilismo y violencia gratuita, no sirve de ejemplo ni siquiera como eso.

Pestiño importante a evitar por todo amante del cine.