Nunca tres horas supieron a tan poco, la película termina y tienes ganas de que siga la historia, pero esta historia de 1993 se escribe con la palabra actualidad, unas letras futuras que han dado en el clavo de la sociedad moderna y de la cuestión racial y estratégica de las bandas de Estados Unidos de América, inmigrantes que en realidad son estadounidenses pero por cuestión de raza se les ha apartado de los demás, a un lado los negros, al otro los nazis y al otro los chicanos.

Sencillamente brutal, no se podría calificar de otra forma, esta es una de esas películas que reúne todos los alicientes, sorpresas, desencadenantes suicidas, riesgo, indignación, miedo, poder y amor fraternal, eso es sangre por sangre; una película que te hará identificarte con muchos personajes y te hará vivirla muy de cerca y sentir la frustración que estés tienen.
Claramente se la recomiendo a todo el mundo, es una de esas joyas que no se encuentran todos los días, el 'top' de las películas de bandas y en el caso de los chicanos la mejor de todas, historia viva de la prisión de St. Quintin.

Realmente no entiendo como no le dieron algún premio, quitando alguna actuación floja, la película es de diez, puro arte cinematográfico.