No se tiene nunca cuerpo para visualizar en una película, el horror nazi en los más de veinticinco mil campos construidos por el régimen alemán y dominados por la tortura, la inanición, el trabajo forzado y el asesinato. MAUTHAUSEN era un campo construido para albergar a los enemigos acérrimos del tercer Reich, al que los republicanos y comunistas españoles, fueron deportados después de participar activamente en Francia con la resistencia, junto a rusos, polacos, italianos y personas de diversas nacionalidades que tenían como elemento común su lucha contra el fascismo.

A partir del escalofriante relato real del fotógrafo español FRANCISCO BOIX, interno en Mauthasen y testigo clave en los juicios de NUREMBERG, la directora MAR TARGARONA construye un relato interesante y fluido sobre la estancia de Boix en el campo de concentración hasta su posterior liberación por las fuerzas aliadas. Un relato que no aporta nada nuevo del espanto nazi, salvo la increíble historia de supervivencia de su protagonista MARIO CASAS, en el infierno del único campo de concentración conocido, calificado con la máxima categoría de dureza de grado tres.

Como en todos los biopics o revisiones cinematográficas actuales, sobresale un profuso interés en demostrar que el relato es lo más parecido a lo que cuentan, en éste caso, los negativos que el protagonista, ayudado por otros reclusos, salva de manera heroica para poder demostrar a la humanidad que el holocausto fue real y señalar directamente a los responsables de tamaña aberración, con sus nombres y apellidos.

Si bien la película mantiene perfectamente el interés, encuentra algún impedimento para elevarse a mayor altura e impresionar profundamente al respetable y estoy seguro de que el lenguaje de macarra barriobajero habitual de MARIO CASAS, es un hándicap importante para tomarse más aún más enserio la película y su esforzadísima interpretación del personaje.