Si HEREDITARY fue una presentación sorprendente de la capacidad del director ARI ASTER para manejar historias de miedo, bajo parámetros diferentes a los habituales, MIDSOMMAR es la certificación de que nos encontramos ante un director extraordinario, tan sorprendente y estiloso como lo fue SHYAMALAN en sus primeras películas y que con solo dos largos, ha entrado en el olimpo de los dioses del género terror.

¡Qué historia tan extraordinaria! Que capacidad para llevar al espectador a donde quiere sin tirar de recursos fáciles o los consabidos sustos y subidas de volumen, por no decir que toda la película transcurre bajo la luminosa luz de Suecia durante el solsticio de verano; no hay una sola sombra en todo su metraje, salvo el oscuro comienzo, casualmente, americano y eso que dura dos horas y veinte minutos.

MIDSOMMAR transcurre sin ninguna prisa, mostrándonos las personalidades del grupo para que nos posicionemos a favor de algunos y en contra de otros, pero no os preocupéis, porque ASTER os guarda sorpresas que os dejarán con la sensación de que se ha hecho lo que procedía, algo muy similar a las cuadrillas de imbéciles yanquis del SLASH de los noventa, en eso, el director no escatima mala leche en la crítica a la idiotez de cierta parte de la juventud estadounidense.

Hipnótica y alucinante, a la altura de la cantidad de las drogas lisérgicas y psicotrópicas que toman en la misteriosa comuna sueca y que te atrapa, al igual que a los integrantes del grupo de amigos, para no soltarte nunca jamás.