Estamos ante un peculiar relato de suspense muy diferente a lo que habitualmente estamos acostumbrados a ver en la pantalla grande, tanto en la manera de desarrollar la trama como en la propia presentación de cada personaje que conforman la historia. Estoy seguro de que la novela de Colin Niel de quien el director francés Dominik Moll ha hecho esta adaptación, tiene que ser de interesante lectura.

Lo que me ha gustado mucho es la amoralidad de todos los personajes y el hecho de vivir una vida muy diferente a la que aparenta cada uno. Nadie es quien parece y todos se sienten aprisionados en sí mismo, en sus entornos o incluso en la misma sociedad, también es verdad que el lugar inhóspito en el que viven contribuye y de que manera, a la sensación de soledad y abandono que transpira la película durante todo su metraje.

Todo tiene cabida aquí, parece que a Olivier Nakache y Erik Toledano les ha dado por hacer una película de suspense con todos sus elementos habituales; el eterno conflicto racial y colonial francés, una apasionada historia LGTBI, el sexo y el desamor, la estafa y el engaño conforman el complicado argumento de esta película y a la vez suponen un lastre importante en lo esencial, digamos que la subtrama africana, en mi opinión, le resta credibilidad y fuelle dramático, no obstante es un cine de calidad y merece la pena darle la oportunidad por su originalidad.