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Voto de Travis Bickle:
8
Acción. Drama Después de más de treinta años de servicio como uno de los mejores aviadores de la Armada, Pete "Mavericks" Mitchel (Tom Cruise) se encuentra donde siempre quiso estar: superando los límites como un valiente piloto de pruebas y esquivando el ascenso de rango, que no le dejaría volar emplazándolo en tierra. Cuando es destinado a la academia de Top Gun con el objetivo de entrenar a los pilotos de élite para realizar una peligrosa misión ... [+]
30 de mayo de 2022
21 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde que Tom Cruise hiciese Valkiria en 2008 me dejaron de interesar los proyectos en los que se embarcaba con la excepción de Barry Seal en 2017. Es un actor que ha trabajado con auténticas leyendas del cine como Martin Scorsese, Stanley Kubrick, Francis Ford Coppola, Steven Spielberg, Oliver Stone o Brian de Palma entre otros muchos. Algo, sin duda, admirable y de gran reconocimiento dando proyectos más que interesantes. Pero se centró en el mero entretenimiento, adoptando el rol de productor en casi todas sus películas y pasándoselo en grande como especialista de acción. Me parece fenomenal, pero me perdió como espectador. Ahora, con Top Gun: Maverick, me recupera sin salirse de su actual zona de confort pero entregándome un producto que es una gozada visual que te atrapa de principio a fin. Son 36 años los que han pasado entre la primera entrega dirigida por Tony Scott y esta secuela que supera a su antecesora con claridad. Sería injusto compararlas a nivel técnico y de efectos visuales ya que los avances en más de tres décadas de diferencia deben hacer su mella que, sin embargo, no es precisamente el punto débil de la cinta de Scott, sino la trama y el nivel artístico.

En Top Gun (ídolos del aire) aparte de padecer los típicos cánones de los 80 que hacía que películas que podrían haber sido más se quedasen en el intento, el argumento es débil y plano. Más allá de la misión final que te enteras un minuto antes de que suceda, el grueso de la película se centraba en la instrucción de los pilotos y en el fondo te dejaba con ganas de más. El resto, algunos piques y rencillas por allí, un coqueteo amoroso por allá, una cancioncilla tal y unas interpretaciones que necesitaban mejorar. Pero se dejaba y se deja ver. Sobre su acción y visualidad nada que objetar. Ahora, con Top Gun: Maverick, hay mejores interpretaciones, una trama sencilla aunque con un objetivo claro, más aviones y acción y americanadas pero en dosis más reducidas.

La película contiene escenas que verdaderamente son espectaculares acompañadas de unos efectos de sonido que son el auténtico fuerte del film. Seguramente haya alguien en estos tiempos que tenga los cojones de verla desde su móvil, tablet o portátil mientras va en el metro, en el autobús, come en la calle, espera turno para ser atendido en la administración o sanidad pública (aunque aquí daría tiempo para verse las versiones extendidas de El señor de los anillos), tumbado en la cama o cagando. Aunque hacer esto sería lo equivalente a ir con una venda en los ojos al Prado, degustar un exquisito pollo asado en Casa Mingo (nótese el tono jocoso) o encontrar un buen léxico en un mitin de Podemos.

Lamentablemente encontramos los puntos débiles cada vez que aparece en pantalla Jennifer Connelly. Una pena. Su papel e interpretación es lacia y sosa que no aporta absolutamente nada y le roba ritmo a la película. Su aparición sirve para tener conocimiento que todavía continúa haciendo cine y que los años le siguen respetando su buen porte y estética. Lo que ocurre que para eso me basto con Google imágenes.
Travis Bickle
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