Seguramente no quedará en el recuerdo por mucho de tiempo de aquél que mire este thriller en donde un asesino serial va matando a distintas personas para robar su identidad. La investigación de los asesinatos está a cargo de la policía de Montreal a la que se suma una agente del FBI especializada en perfiles psicológicos a cargo de una Angelina Jolie (llena de mohines y no muy creíble en su personaje), la cuestión comienza a complicarse cuando surge un testigo (un Ethan Hawke aburrido e impasible como siempre) que puede brindar alguna pista a la investigación además de coquetear con Jolie (muy forzado). En síntesis se puede decir que si bien las actuaciones no son gran cosa, ni tampoco la dirección del film, el mismo alcanza apenas como para pasar un rato entretenido pero que de ninguna manera quedará en nuestra memoria.