Sam Rothstein (Robert de Niro) es un meticuloso y exitoso apostador profesional que trabaja para la mafia, que le encarga la dirección de un gran casino en Las Vegas, debido a su obsesiva personalidad el negocio va a la perfección... hasta que su viejo amigo, el terrible ganster Nicky Santoro (Joe Pesci) llega a la ciudad, a su vez que se enamora de la bella pero conflictiva Ginger (Sharon Stone), es alli en donde inevitablemente las cosas se le empiezan a salir de control, empeorando a cada instante más y más...
Nunca compartir los conflictos, los excesos, la perdición por la ambición de poder, etc, fué una experiencia tan placentera como con esta película de Martin Scorsese que si bien se hace algo excesiva en su duración (3 horas) en ningún momento (como ya se ha dicho) baja el ritmo, es más, se va haciendo cada vez más y más intensa, atrapándote hasta el desenlace... hay otro detalle de este director que me parece apasionante, además de su gran manejo de los actores. Es el de "siempre tener la precisa" con la música, ya que en las diferentes escenas siempre va a estar presente de fondo, algún tema musical de rock o baladas clásicas, lo que definitivamente realza mucho las situaciones (les da como una perspectiva más romántica e interesante).
Por otro lado es apasionante también el tema de las actuaciones (me atrevería a decir,que incluso más que la historia misma) Robert de Niro impecable como era habitual cada vez que trabajaba con Scorsese, Joe Pesci muy en la línea de su tremendo personaje de "Buenos Muchachos", haciendo del gangster sanginario, conflictivo y ambicioso, quien es uno de los principales responsables de arrastrar a Rothstein a las desgracias (Pesci siempre destacó con Scorsese) y finalmente Sharon Stone robándose media película con la que quizá haya sido su mejor actuación, transmitiendo desde intensidad hasta compasión en un autodestructivo personaje.
Posiblemente "Casino" no sea la mejor película de Scorsese, lo cual no quiere decir en absoluto que no sea buena, todo lo contrario, es una interesantísima experiencia de buen cine para cualquier cinéfilo y una extraordinaria lección de como la ambición descontrolada (el dinero compra también el amor?) y el mal camino (aquellas no recomendables amistades) terminan arrojando de la cima, incluso al hombre más triunfador... ya lo decía el slogan de la película :
"Nadie permanece en la cima, por siempre".