Harry, el sucio, conectó con la crítica y el público, aunque seguramente ha sido el tiempo la que la ha colocado en el altar que se merece. Es modélica en la presentación de un personaje y en el aspecto narrativo. Comercialmente conectó con un nuevo público adulto que veía con buenos ojos la violencia explicita en el cine. Que Harry tuviera una continuación era algo evidente incluso en los años 70 no dados a las sagas como fue ya habitual a partir de la década siguiente.
Como continuación no aporta artísticamente nada, incluso malogra su personaje principal, lo hace más plano y evidencia los prejuicios que tuvieron sus artífices para su producción. La preocupación de que fuera tachada de fascista lo intentan paliar con un argumento que para mi lo agrava, aunque el principal perjudicado es el propio personaje de Harry.
De esta manera Harry inicio la andadura de sagas en la que los personajes creados originalmente pierden sus señas de identidad a medida que avanzan los números en su título, Así sucederá más gravemente con "Arma letal" en el que un policía fumador con tendencia suicida se reconvierte a en un modosito padre de familia.

Aún todo este segundo Harry se deja ver, no como el tercero y cuarto que me parecen muy flojos. Tiene cierto toque setentero, incluso televisivo, que resulta atractivo de volver a ver a día de hoy.