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Voto de siestecita:
7
Ciencia ficción. Aventuras. Drama En el Año 10191 el desértico planeta Arrakis, feudo de la familia Harkonnen desde hace generaciones, queda en manos de la Casa de los Atreides por orden del emperador. Con ello les cede la explotación de las reservas de especia, la materia prima más valiosa de la galaxia, necesaria para los viajes interestelares y también una droga capaz de amplificar la conciencia y extender la vida. El duque Leto (Oscar Isaac), la dama Jessica ... [+]
8 de enero de 2022
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como no he leído la novela de Frank Herbert y no me acordaba nada de la versión anterior de David Lynch, he visto la película sin saber ni de qué iba salvo que era de ciencia ficción. Debo decir que ese planteamiento de que en el año 10191 estaremos todavía con emperadores, guerras, espadazos, patadas y conspiraciones horrendas no anima mucho a desear que la especie humana llegue tan lejos en el tiempo, la verdad. Tampoco mola que haya duques supremos e hijos elegidos en plan Mesías (o en plan Mahdi, que es lo mismo).

Pero en fin, si dejamos de lado todo lo anterior junto a esas formaciones militares que recuerdan a los nazis y a los legionarios romanos, y que sospechosamente se parecen muchísimo a las falanges de Star Wars (igual que los gusanos del desierto), confieso que la estética de la película es espectacular, la fotografía impresionante y en general las naves, el vestuario y los decorados me han encantado.

También el trabajo de los actores, especialmente el de Javier Bardem que no sabía que salía en la peli. Cuando ha mostrado ese rostro suyo de moái de la isla de Pascua he dado un salto en el sofá porque el tío es inconfundible y la verdad, hace un papel estupendo. Casi es el que más me gusta, por lo menos tiene un aire de andar por casa, porque el resto más bien tienen todos un estilo HAL9000 un poco estreñido, pero da igual, la tormenta del desierto se lleva la cara cartón de cualquiera. Y esas dunas infinitas te llenan los ojos.

Está claro que el pasado, el futuro y el presente vuelven otra vez a ser protagonistas en una peli de Denis Villeneuve, igual que en La llegada, solo que aquí para el personaje principal el control o descontrol del tiempo es más bien una ventaja que un hecho que le cause dolor o sufrimiento. Es una peli preciosa por más que la historia a mí no me haya interesado nadená de ná. Pero los helicópteros esos modelo mosquito me vuelan la peluca. ¡Quiero uno igual!
siestecita
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