Leo aquí alguna crítica no profesional muy enfadada con las críticas profesionales. No pretendo romper una lanza por los críticos de cine, pero en rigor pienso que un crítico de cine no es lo mismo que un simple espectador porque al crítico se le supone un conocimiento de las claves del lenguaje cinematográfico que el espectador corriente no tiene por qué conocer. Para decir si te gusta una película basta con sentarse a verla; para valorarla en su justa medida, no. Dicho lo cual, en el caso de esta película no sólo las críticas profesionales son malas: tampoco es precisamente brillante la calificación que le dan los espectadores.
Personalmente creo que Brian on fire tiene una interesantísima historia que contar pero no sabe contarla como se merece. Lo hace con fórmulas de telefilme, sin imaginación ninguna, de manera desesperadamente plana y sin ni siquiera recursos técnicos ni artísticos. En definitiva, que no toda buena historia se convierte en buena película. Brain on fire desaprovecha una historia que se brindaba a ser contada con mayor creatividad. Imagino que no todo es achacable a la torpeza del director, sino también a un presupuesto que intuyo muy escaso. Y, a qué engañarnos, al hecho de que parece no aspirar a ser otra cosa que una película de sobremesa.