Película poco atractiva y en general muy previsible, que intenta imitar a las de John Hughes sin conseguir nada de lo que nos dieron aquellas.

Los personajes no llegan a gustar porque los actores no son amigos de la cámara y todo tiene un aire grotesco: el protagonista (Paul Rust) tan sumamente feo y además falto de encanto, la chica (Hayden Panettiere) tan extrañamente rechonchilla y cabezona pretendiendo ser la guapa del instituto, el matón gigante, el novio hipertrófico y todo lo que intenta ser gracioso o hilarante, por alguna razón tiene cierto aire desagradable que no te deja acabar de disfrutar. Además (inesperadamente), Chris Columbus no ha logrado insuflar vida a esta comedia que no hace gracia a pesar de la historia, que es buena pero está desvirtuada por un guión que no llega a convencer en absoluto.

Sin embargo he de decir que, para los privilegiados que vivimos las maravillosas comedias adolescentes de los 80 como "La mujer explosiva", "Todo en un día" "Solos con nuestro tío" o "El club de los 5", esta peli tiene un espíritu que puede hacerte revivir antiguas sensaciones. Tiene ese aire nostálgico de transición desde la vida de niño a la de adulto, en la que empiezas a ser la persona que serás el resto de la vida y en la que todo lo que te va pasando va formando tu personalidad y marcándote para siempre. Esa sensación de haber terminado una etapa con éxito y haber ganado sabiduría para enfrentarte a la siguiente, esa fuerza que te da haber acabado la aventura junto a tu mejor amigo.

Puede ser que ese típico barrio residencial, o a lo mejor la aparición de Alan Ruck (Todo en un día, "Ferris Bueller's Day Off" 1986) me hayan traído recuerdos de maravillosos tiempos de cine.