A menudo las medias de esta página con las películas de Disney me son incomprensibles. De nuevo nos encontramos ante una película muy notable de esta productora que tiene una puntuación bastante baja, sin llegar ni siquiera al 6.
Como he leído en otras críticas, la calidad de la animación es sencillamente sublime (no se debe olvidar que el film tiene 21 años) y, tan es así, que hay pocos films de animación que puedan competir con éste en ese apartado. Como muestra pueden valer, por ejemplo, las escenas en las que el niño protagonista vuela montado en el aguila, o las estupendas recreaciones de los paisajes australianos.
Sin embargo, como no sólo por calidad técnica le hubiera puesto un ocho, también hay que resaltar que el resto de la historia está muy bien, y no hay ninguna canción insufrible y, por si fuera poco, es la primera película de la que tengo recuerdos de haber visto en el cine. Tenía 5 años, y fue en uno de esos cines de barrio con 4 salas ("Rialto" se llamaba) tan típicos hasta los noventa y que acabaron cerrando uno tras otro con la llegada de los multicines. Supongo que, invitablemente, la nostalgia o lo que una película representa para uno también son importantes a la hora de valorar una película.