Nueva secuela de la saga ‘Destino final’ y van cuatro. Si la primera era atractiva, la segunda era más peñazo pero una digna continuación y la tercera una repetición ligeramente entretenida ésta cuarta parte es más de lo mismo, pero infinitamente peor. Si ya con la tercera parte perdí todas mis esperanzas por que la saga se renovara, incluyera nuevos elementos a la historia o crearán un guión divertido e inteligente acorde con las artimañas del hombre de la guadaña, de ésta secuela no esperaba mucho más, sino una repetición del esquema paso a paso. Y para que me van a llevar la contraria, efectivamente, así es. Todo es repetir lo anteriormente visto, sin remordimientos, sin ideas nuevas y sin el menor sentido del ritmo. Sólo se añadido un nuevo elemento, el 3D. Y la he visto en el ordenador. Así que sin poder valorar las salpicaduras de sangre saliendo de la pantalla, sólo puedo decir que ‘Destino final 4’no tiene historia, ni emoción, ni suspense, ni carisma, ni siquiera sustos. Acudimos así ante una sucesión de accidentes imposibles que rozan lo fantástico (por lo poco probable digo) mientras unos cuantos protagonistas y secundarios recitan el diálogo con una pasividad alarmante. Las situaciones ignoran cualquier tipo de coherencia y los personajes son bastante irritables, por lo que lo único que esperas es que se cumpla ya ese destino que les espera. A destacar el personaje del hombre racista, pura literatura sus diálogos. Las muertes son cada vez menos originales y rebuscadas, a lo que tampoco ayudan unos efectos digitales y artísticos, que salvo en un par de ocasiones, se me antojan bastante pobres. A veces parece que domina el tono cómico y es que, al fin y al cabo y visto lo visto, no podría ser de otra manera. Ignoraba el poder que puede llegar a tener el agujero de una piscina. Para colmo, la narración está atropellada con muchos trucos visuales y efectos para el único lucimiento del 3D, entre los que se encuentra su desenlace, de lo más cobarde y simple. Tampoco merece la pena por su gran accidente inicial, aquí reducido, valga la comparación, a un leve accidente doméstico con consecuencias apocalípticas. Me quedo con los créditos iniciales, brutales. En resumen, un desprecio a la saga hecho papilla. Que siga funcionando la maquinaria, que ya está en marcha la quinta.