Con el afán de enriquecerse, muchos jóvenes hoy en día tratan de verse como emprendedores. Insertos en las dinámicas del consumismo y del capital que fluye, los muchachos quieren ser los herederos de la Tierra sin pensar en las consecuencias, ni siquiera en sus vidas, pues para ellos morir jóvenes y ricos es mucho mejor que hacerlo pobres y viejos. En esa noción, Efraim (Jonah Hill) y David (Miles Teller) se convierten en los jóvenes que simbolizan con sus vidas los anhelos de una vida que pende de un hilo ante la urgencia de tomar responsabilidades y hacerse una fama donde sea.
La historia se narra a través de la voz de Teller que cuenta lo que ha ocurrido con su personaje. Hay un largo flashback a partir de un punto de la historia en el que todo parece empezar a colapsar, y luego se recoge todo lo que quedó en veremos desde el principio para comprender la fascinación de los chicos por su grandiosidad. Hay cierto aire de moralismo en la aventura, mosntrándonos a uno más "bueno" que al otro, pero no por ello se pierde el gusto que suscita la narración que ha dirigido el ya conocido Todd Phillips.