La serie pintaba muy bien. Pero ocurre aquí lo que pasa si te sirven un mismo plato todos los días. Al principio lo aceptas y luego ya empiezas a encontrarle que te gustaría probar otra cosa. Y se repite y ya sabes lo que puede pasar y el encanto se va difuminando entre una gran música y una sinigual fotografía. El arte, es cierto, es de primer nivel, pero lo demás se desdibujó.
Frankenstein estuvo bien un par de capítulos, Grey ni nos llamó la atención, Van Helsing... Nada qué ver... Lo mejor se llama Vanessa Ives, es decir, Eva Green: ¡impresionante! Se catapulta como una de las mejores actrices de la actualidad. Pero ella no puede hacer todo para una serie que fue perdiendo consistencia. Y es una pena que haya sido así.