Stuart Blumberg se dio a conocer como guionista, sobre todo, con un trabajo a mi juicio no muy destacado titulado Keeping the Faith, aquella película en la que Ben Stiller y Edward Norton son un par de hombres, sacerdotes, de sendas religiones distintas y que, desde la infancia, comparten la amistad de una niña que, llegada a adulta es una despampanante rubia. Muchos la recordarán; allí sale bellísima Jenna Elfman.
Desde entonces, el trabajo de Blumberg ha ido por el mismo cauce, con un toque de originalidad en las ideas (algo que es muy común), pero cierto aire de parsimonia en el trabajo mismo de la historia (lo que también suele pasar). Recientemente ha llegado Thanks for Sharing y el fenómeno no podía ser más ejemplar. Una idea muy interesante: la vida de tres hombres adictos al sexo (Robbins, Ruffalo, Gad). Una historia que se cae gradualmente a medida que vemos que todo queda desaprovechado, desde la idea hasta los actores. Hay, como no puede faltar, algún momento ligeramente divertido en la obra, pero en los momentos en los que todo debería ajustarse para hacer arte, lo que queda es un pequeño melodrama.