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Ciencia ficción. Aventuras. Drama
En el Año 10191 el desértico planeta Arrakis, feudo de la familia Harkonnen desde hace generaciones, queda en manos de la Casa de los Atreides por orden del emperador. Con ello les cede la explotación de las reservas de especia, la materia prima más valiosa de la galaxia, necesaria para los viajes interestelares y también una droga capaz de amplificar la conciencia y extender la vida. El duque Leto (Oscar Isaac), la dama Jessica ... [+]
25 de octubre de 2021
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como lector de la novela no puedo dejar de notar demasiadas ausencias de importancia. Cosas que están en la novela y que no son relleno, si no que forman parte del trasfondo fundamental de la misma, simplemente no aparecen o no están suficientemente sustentadas. Básicamente, cualquier persona que vea la cinta y no haya leído la novela, jamás comprenderá el espíritu de Dune. El director se toma las cosas con excesiva calma, hace pausas que se eternizan para a menudo mostrar las caras inexpresivas de los actores, y a pesar de disponer de tiempo de sobra es imperdonable que haya obviado tanto de la novela. Todos entendemos que es imposible adaptar cualquier libro sin quitar algunas cosas y alterar otras. Pero ese no es el problema. El problema es que la cinta pasa por alto cosas de gran importancia para comprender la importancia de la especia. Es más que posible que salgas del cine sin saber a qué viene tanto jaleo por la especia melange.
Su riqueza visual es innegable, Tanto la fotografía como los efectos. Esa especie de Tenochtitlan del desierto que han recreado como la capital del Arrakis, impresiona. En cambio no es fácil hacerse una idea mental de cómo son los escenarios por dentro. Muestran habitaciones puntuales y pasillos, escaleras y salas vacías. Tanto en Cáladan como en Giedi Prime, como en Arrakis, apenas llegas a palpar los escenarios. Al contrario de lo que ocurría en la versión de David Lynch. En ese aspecto, prefiero el diseño de producción de su adaptación. Si bien es cierto que los murales que muestra la de Villeneuve son magníficos, los encuadres son limitados y apenas han recreado grandes espacios interiores.
En muchos aspectos es una gran película, si no fuese por lo perdido que acaba el espectador al terminar.
Su riqueza visual es innegable, Tanto la fotografía como los efectos. Esa especie de Tenochtitlan del desierto que han recreado como la capital del Arrakis, impresiona. En cambio no es fácil hacerse una idea mental de cómo son los escenarios por dentro. Muestran habitaciones puntuales y pasillos, escaleras y salas vacías. Tanto en Cáladan como en Giedi Prime, como en Arrakis, apenas llegas a palpar los escenarios. Al contrario de lo que ocurría en la versión de David Lynch. En ese aspecto, prefiero el diseño de producción de su adaptación. Si bien es cierto que los murales que muestra la de Villeneuve son magníficos, los encuadres son limitados y apenas han recreado grandes espacios interiores.
En muchos aspectos es una gran película, si no fuese por lo perdido que acaba el espectador al terminar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Quizá la ausencia más notable es la de la cofradía de los navegantes. La CHOAM. Salen una vez, y luego se ven sus grandes naves sin que se diga una palabra sobre plegar el espacio ni sobre cómo los navegantes deben ir sumergidos en especia para poder plegarlo. Tampoco habla de las deformaciones que sufren por su continua exposición a ella.
La segunda es la del emperador Padishah, su majestad Shaddam IV y su hija la princesa Irulan. Nada menos que la narradora en la novela. Solo se nombra al emperador de pasada. Al no aparecer la corte imperial, tampoco se nos muestra la función de las Bene Gesserit como decidoras de verdad
La presentación de un personaje tan importante como Thufir Hawat se reduce a poner los ojos en blanco y hacer un cálculo rápido. Nada se dice de su función como Maestro de Asesinos de la casa Atreides y ni de su papel como estratega y consejero fundamental de Leto. También se omite toda posible referencia a la yihad butleriana, motivo por el cual quedaron prohibidas las máquinas y empezaron a entrenarse los mentat, o computadores humanos. Estos necesitan también de la especia melange para cumplir con sus funciones, lo que les mancha los labios. Este personaje es demasiado importante para sufrir esta negligencia. Tal como lo muestra Villeneuve, queda convertido en un simple bicho raro que a saber por qué es así y que no sabes muy bien qué función cumple. De repente quiere dimitir por el atentado contra Paul y no sabes muy bien a cuento de qué lo dice.
El palacio de Arrakis tiene en la novela un jardín interior que requiere mucha más agua que las palmeras que sí aparecen. Otra cosa que se ha omitido al optar por un decorado excesivamente parco. En la entrada debería haber una fuente donde los invitados se lavan las manos y después tiran las toallas al suelo. Estas toallas las recogen los fremen para exprimirles el agua. Esto da idea de cuanto valoran los fremen el agua. La dama Jessica al ver esto se apiada de los fremen y ordena que de ahora en adelante a todo el que acudiese al palacio se le diese una jarra de agua. Todo esto, junto con otras cosas que pasan en el libro y no en esta película, hace encajar a Jessica y a Paul paso a paso en la profecía de los fremen, cosa que queda solo hilvanada en la película sin que el espectador sepa muy bien la razón.
No sigo por temor a extenderme demasiado. Sin duda hay mucho más. Pero considero que al menos estas cosas deberían haberse mostrado en la cinta para que se entienda mínimamente la historia.
La segunda es la del emperador Padishah, su majestad Shaddam IV y su hija la princesa Irulan. Nada menos que la narradora en la novela. Solo se nombra al emperador de pasada. Al no aparecer la corte imperial, tampoco se nos muestra la función de las Bene Gesserit como decidoras de verdad
La presentación de un personaje tan importante como Thufir Hawat se reduce a poner los ojos en blanco y hacer un cálculo rápido. Nada se dice de su función como Maestro de Asesinos de la casa Atreides y ni de su papel como estratega y consejero fundamental de Leto. También se omite toda posible referencia a la yihad butleriana, motivo por el cual quedaron prohibidas las máquinas y empezaron a entrenarse los mentat, o computadores humanos. Estos necesitan también de la especia melange para cumplir con sus funciones, lo que les mancha los labios. Este personaje es demasiado importante para sufrir esta negligencia. Tal como lo muestra Villeneuve, queda convertido en un simple bicho raro que a saber por qué es así y que no sabes muy bien qué función cumple. De repente quiere dimitir por el atentado contra Paul y no sabes muy bien a cuento de qué lo dice.
El palacio de Arrakis tiene en la novela un jardín interior que requiere mucha más agua que las palmeras que sí aparecen. Otra cosa que se ha omitido al optar por un decorado excesivamente parco. En la entrada debería haber una fuente donde los invitados se lavan las manos y después tiran las toallas al suelo. Estas toallas las recogen los fremen para exprimirles el agua. Esto da idea de cuanto valoran los fremen el agua. La dama Jessica al ver esto se apiada de los fremen y ordena que de ahora en adelante a todo el que acudiese al palacio se le diese una jarra de agua. Todo esto, junto con otras cosas que pasan en el libro y no en esta película, hace encajar a Jessica y a Paul paso a paso en la profecía de los fremen, cosa que queda solo hilvanada en la película sin que el espectador sepa muy bien la razón.
No sigo por temor a extenderme demasiado. Sin duda hay mucho más. Pero considero que al menos estas cosas deberían haberse mostrado en la cinta para que se entienda mínimamente la historia.