Miserias y grandezas de la condición humana: la codicia alojada en el alma de seres sencillos e intrascendentes, y el pasado que retorna para corroer la aparentemente tranquila superficie de las vidas cotidianas. Ese es el bagaje básico con el que Alexander Payne arma una historia de sabor agridulce, trufada de personajes unidos por lazos familiares a veces entrañables, a veces corrosivos, en un abanico en el que brilla, por una condición vitriólica que le hubiera podido envidiar el mismísimo Billy Wilder, Kate, la esposa del protagonista. Como contrapunto, la historia nos muestra la otra cara de la moneda: la incondicionalidad del amor filial, un bálsamo para todas las heridas. Como ya hiciera, en una propuesta de fuertes concomitancias con ésta como fue 'A propósito de Schmidt', Payne lanza a sus personajes a la carretera en un viaje tan triste como hermoso por una América de cielos nubosos. campos interminables y pueblos en los que el estancamiento termina pudriendo los afectos. Dura. Conmovedora.