Tras los 80 minutos de tortura a los que me sometió la película original, la aparición en cartelera de esta nueva versión me causó bastante indiferencia. A pesar de la pedantería y postureo de aquella, la premisa me resulta interesante y habiendo escuchado que Sanders abordaba la historia con mayor humildad decidí darle una oportunidad. Y la verdad es que en general me ha dado lo que esperaba. Coge lo que me gustó de la original (historia, personajes y escenario) y se deshace de lo que no me gustó (diálogos interminables en los que no se contaba nada. Solo trataba de aparentar una profundidad y complejidad que la película no tenía). Que la historia transcurra en Japón hace que me pregunte por qué casi todo el reparto es americano, aunque tampoco es que los originales pareciesen muy japoneses. Además los actores de esta encajan muy bien en sus personajes. Han hecho varios cambios en la historia; unos son mejores y otros peores (el final es algo genérico), pero en ningún motivo he sentido que el guionista me tomase por tonto. Como puntos fuertes destaco al reparto y los efectos digitales, y como puntos flacos la coreografía de la acción y la construcción del antagonista, que en esta película es bastante olvidable.

En resumen: Un reboot de la película original con una técnica diferente y abordada desde un prisma más comercial. Si la original te gustó puede que esta la aborrezcas. Si no la tragaste como me pasó a mí puede que te resulte más aceptable.