Resulta que Alex de la Iglesia decide un buen día tirar toda su fama a la basura adaptando de mala manera un gran libro, pero antes de hacerlo decide estudiar matemáticas en una universidad de Oxford, en un piso por el que pagaba cien libras al mes. Desde su piso espiaba a su vecina, que tenía unas mamellas enormes. Un día fue a visitarla con un ramo de flores y ella le abrió la puerta:
-Hola, ¿qué quieres?
Y él puso cara picarona:
-Te lo explicaré en términos matemáticos. Primero elevaré mi poténcia al exponente más alto, luego lo pondré entre paréntesis y extraeré fáctores, luego simplificaré la poténcia hasta que quede irreductible.
-¿Ein?
-Que te voy a hacer el amor.
Obviamente no llegó a hacerle el amor porque ella le dijo:
-Si me tocas te meto tal guarrazo que te extraigo tu fracción de tu cuerpo.
-¿Ein?
-Que como me toques te castro.
Aquella tarde Alex se encerró en su habitación y acabó de leer el libro Los crímenes de Oxford. Entonces se le ocurrió una idea. Fue hacia su pizarra y borró todas las operaciones, algoritmos y fórmulas allí apuntadas. Cogió unatiza y puso:
AP(Adaptación penosa)+TDI(Tetas de Infarto)+YQVDG(Yo que voy de guay) = Los crímenes de Oxford. Y luego lo simplificó a una sola letra: $.
Así te va luego, hermano, dedícate a las letras.