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España España · Cines Astoria Alicante
Voto de Bloomsday:
6
Drama. Intriga. Romance. Thriller Año 1844. Miranda, la frágil e inocente hija de unos granjeros, es invitada a pasar una temporada en el castillo de Dragonwyck, donde vive un primo lejano de su madre, Nicholas Van Ryn, su esposa enferma y su hija. Miranda se enamora de Van Ryn, quien, al poco de enviudar, se casa con ella, pero entonces empiezan a salir a la luz turbios secretos. (FILMAFFINITY)
31 de mayo de 2012
14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antológica frase (pronunciada en el tercio final del metraje) para una película más errática de lo que suponen sus créditos. La dirección elegante (teatro, iluminación de sombra y contraste dramático y mucho atrezo) no aporta éxtasis interpretativo, efecto siniestro ni suspensivo o suspensorio. La trama no colabora, preñada de meandros que no apuntalan un desarrollo evidente, previsible y no muy afortunado. Los personajes son simples comparsas (el dr. está tratado con la desidia de las muletazas y la niña mantiene forzado el rictus de “Ay dios mío, en esta casa se va a liar”). Una en exceso rígida historia que apunta a romance, suspense, crítica histórica, gothic tale pero no acaba de enganchar en ninguna de ellas.

Vincent Price ensaya el personaje torturado y mesiánico que luego habría de repetir hasta la hammer y rogercorman extenuación (el clímax final anticipa el bizarrismo de un Dr. Phibes cualquiera y es un interesante contraste, por inhabitual, con el mundo creativo de Joseph K. Mankiewicz). Aun así, esta suerte de monstruo terrateniente que se opone al granjero arrendatario queda mejor sobre el papel que en el esbozo posterior.

Los detalles MVP serán los decorados (vigas de estancias haciendo alarde de minuta, aunque sin atisbo de moralidad wellesiana), el castillo de retratos de antepasados y maldiciones en la noche de Otranto cual mala maqueta y el encanto de un vestuario que impele a Price a vestir de pajarita pese a estar en un estado catatónico de tristeza y barba de cuatro días, y fuerza a la Tierney, a pesar de la tumultuosa corriente folletinesca y trágica que gobierna el castillo, a vagar por los corredores acicalada con un camisón satinado que deslumbra en la penumbra.

Una peli un poco así. Arreglada pero, probablemente, informal.
Bloomsday
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