Aunque el argumento está basado en el clásico "Shane El desconocido", esta puesta en escena de Eastwood adquiere su propia identidad y es sin duda de los mejores westerns modernos, junto a la obra cumbre "Los Imperdonables", también cómo no, de Eastwood. Una comunidad de mineros informales viven a salto de mata por el acoso de un poderoso que quiere echarlos de su denuncio para instalar una mina con todos los adelantos. A punto de claudicar por el miedo y la desesperanza al no encontrar ningún mineral, los comuneros de pronto reciben el inesperado auxilio de un desconocido que se hace llamar "El Predicador". A partir de allí la presencia del forastero cambiará sus vidas para siempre, especialmente la de una viuda y su hija adolescente. Eastwood, que realiza un notable papel como el misterioso "predicador", retrata con crudeza la vida y miserias de los esforzados buscadores de oro y es a la vez un homenaje a sus maestros Sergio Leone y Don Siegel. Un western excelente, con escenas que ya pintaban al director con mayúsculas en que se convertiría Eastwood, especialmente cuando uno de los mineros embriagado por el whisky y su pepita de oro recién hallada reta al poderoso terrateniente, o el enfrentamiento final de "El Predicador" con los pistoleros contratados por el terrateniente. De lujo. No se pierdan este filme, sombrío y violento, pero contundente e inolvidable.