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Voto de Jose Antonio:
2
Acción. Thriller Shaun Boswell es un chico que no acaba de encajar en ningún grupo. En el instituto es un solitario, su única conexión con el mundo de indiferencia que le rodea es a través de las carreras ilegales, lo que no le ha convertido en el chico favorito de la policía. Cuando amenazan con encarcelarle, le mandan fuera del país a pasar una temporada con su padre, un militar destinado en Japón, que vive en un diminuto piso en un barrio barato de ... [+]
15 de septiembre de 2010
125 de 167 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si tu novia la Jessy te pide un día que veáis una peli ahí guapa, ten en cuenta que debes elegir una que, a la vez que os entretenga, os haga ver la vida de color de rosa. Aparca tu Seat León amarillo y vete corriendo al videoclub más cercano para disfrutar de este espectáculo sin parangón en el mundo del cine. A veces, sólo a veces, el séptimo arte eleva nuestro espíritu a cotas que de otra manera sería imposible soñar. Como unas llantas de aleación de fibra de carbono que vienen de serie y por las que no tienes que pagar. Pues algo así.

Porque sí, querido amigo, Hollywood ha hecho la versión definitiva del clásico, la revisión mejorada y corregida como por arte de subwoofer de la ya mítica "chu fas chu furius". Pero ahora con chinos y mogollón de gente con tatoos.
Tokyo Race es un trepidante thriller de acción situado en Tokio (Race). Bajo el pretexto de una carrera, el genial director Justin Lin nos ofrece una romántica visión de la vida, de los deseos más hondos y nobles del ser humano, para llevarnos a 312,3 km/h por la carretera de los sueños.

Si creías que tus papás tenían razón al decir que estudiaras, esta obra te demuestra que estaban equivocados. Lo que importa en la vida es tener el buga to guapo, que sea capaz de coger los 200 km/h y que tenga sitio en el cristal tintado de atrás para poner el nombre de tu churri y el tuyo con la bandera de España. Así podrás competir por las carreteras de Castilla con señores de 70 años a los que les pasarás como un bólido, demostrando que la tienes más grande que ellos y que su vida se ha consumido en un sinfín de proyectos absurdos que culminan a menos de 60 km/h en una vía rápida de Benavente.

Aprovecha tu vida. Tunea el coche. Lleva contigo a la Vane, a la Jessy o a la Jenny. Come cachopos. Añade altavoces hasta en la baca. Pon pegatinas de Sparco incluso dentro del maletero. Consume mucha carne de vacuno, venao, ciervo o jabalí. Y sobre todo, no dejes de ver Tokio Race. Serás el rey del polígono.
Jose Antonio
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