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Colombia Colombia · Bogotá
Voto de Juan Jaime:
8
Drama Argelia, años 90. Nedjma, de 18 años, estudiante alojada en la ciudad universitaria de Argel, sueña con convertirse en estilista y se niega a que los trágicos sucesos de la guerra civil argelina le impidan llevar una vida normal y salir por la noche con su amiga Wassila. Al caer la noche, se escurre entre las redes del alambrado de la ciudad con sus mejores amigas para acudir a la discoteca donde vende sus creaciones a las ‘papichas’, ... [+]
22 de febrero de 2020
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
En los últimos años películas de jóvenes directores occidentales ha conquistado los festivales más importantes del mundo con obras de carácter crítico que permiten al público entender y digerir lo que ha sucedido en sus países en los últimos 25 años. Esta nueva generación es consciente de que el extremismo y fundamentalismo que tanto daño ha ocasionado, no debe volver a repetirse. Los fascismos de cualquier índole, las dictaduras independientemente de su lugar de origen o las variantes de represión comienzan siempre por los grupos minoritarios para terminar concentrando mayores cuotas de poder y representación social como lo ha sido siempre y aún más durante la guerra civil de Argelia en 1990 donde se desarrolla esta historia.

Para entrar en contexto socio-político, el estado argelino después del declive electoral que amenazaba con poner a un partido islamita en el poder, trato de luchar contra los rebeldes empeñados en la yihad y la instalación de una república islámica. Esto provocó la muerte de miles de civiles y el cambio de las costumbres sociales relativamente liberales debido a la continua amenaza de violencia y de propaganda religiosa.

Las Papichas, término utilizado para referirse a las jóvenes argelinas liberadas y de dinámicas “libidinosas”, son las protagonistas de este enérgico drama con poderosas actuaciones en las que gradualmente un grupo de jóvenes toman la decisión de rebelarse organizando un desfile de modas contra la creciente ola islamita y la preservación de sus cuestionables tradiciones. Vale la pena resaltar que esta historia es libremente basada en hechos reales.

Esta película va más allá de ser considerada una obra de etiqueta feminista, la directora rusa Mounia Meddour, nos habla sobre la limitación de las libertades con unas poderosas escenas en las que la auto expresión femenina es negada y empañada por enemigos sociales y políticos, así como por sus amigos más cercanos.

De manera ingeniosa la ropa y los textiles son el hilo conductor en los que por medio de metáforas sutiles e ingeniosas tanto en la escritura como en la fotografía logran introducirnos en las amistades femeninas, la solidaridad fraternal y las posibles reacciones ante el cambio social forzado. El trabajo muy bien logrado de la cámara en mano, nos permite observar desde su primera secuencia a mi parecer la mejor lograda del film como Nedjma y sus amigas transitan de una resistencia pasiva y de atmósfera claustrofóbica a una progresiva toma de conciencia y apertura visual enfocada en lo superficial de los cuerpos, la feminidad y las acciones que impulsan nuestra simpatía hacia los personajes. Las sorpresas que depara la película principalmente en su tercer acto son de los momentos más estimulantes y ácratas de todo el film.

El señalamiento crítico de la directora mantiene toda su vigencia en la mayor parte del mundo islámico, revelando de paso la carga de intolerancia misógina que aún prevalece en muchas sociedades occidentales y que explica las crecientes revueltas femeninas en las calles. Desde esta perspectiva, Papicha es una obra para cualquier tipo de público, dejándonos una reflexión que cobra una importancia en la actualidad irrebatible
Juan Jaime
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