La verdad es que me ha encantado. He pasado una hora y media fantástica, riéndome a carcajadas, que es lo que me gusta hacer cuando voy a una comedia. Porque 8 apellidos es una comedia romántica sin pretensiones. No han pretendido hacer una obra de arte que pase a la posteridad, sino una película para que la gente se divierta. Una película del tipo de las que Hollywood hace dos o tres cada año y que consiguen en España más recaudación que la película española más taquillera de la temporada. Con la diferencia de que yo he disfrutado más con las situaciones, porque las reconozco más cercanas y me hacen más gracias que los clichés americanos.
Los que han hecho está película demuestran que en España podemos hacer películas que gusten a los españoles. Eso se consigue cuando los cineastas escogen temas que interesan a la gente de la calle y se olvidan de tópicos políticos, de adoctrinamientos y de ingeniería social.
En esta película no hay curas pederastas, ni policías fascistas, ni gais atormentados. Hay gente de la calle , gente corriente. Hay caricaturas algo exageradas de vascos y sevillanos, pero que tienen su fundamento. Hay situaciones simpáticas, diálogos ocurrentes, escenas surrealistas.
Al verla vienen a la cabeza Bienvenido al Norte, de La vida de Brian o de Novia a la fuga. Me alegro de que esté teniendo éxito.
Será que nos estamos convirtiendo en un país normal.