Resulta curioso cómo acabé encontrándome con esta joya, porque no hay otro adjetivo que la defina mejor, que hasta hace pocos días me estaba perdiendo. Había invitado a mi casa a unos amigos y en un momento dado salió el tema de las series y películas manga. A uno de mis amigos le encantan y el resto pensamos que es un poco infantil por ello. Ahora me doy cuenta del fatal error que tenía en mi mente y desde aquí le brindo mis respetos por ser capaz de apreciar lo que con el paso del tiempo muchos hemos perdido: el amor por la animación.
Todos hemos crecido con las películas Disney, unos más que otros, y creo que la compañía hizo algo hermoso: otorgar una serie de películas con las que los más pequeños podíamos crecer y, a veces sin darnos cuenta, aprender una serie de valores que podían marcarnos en mayor o menor medida. Pero esto tuvo y tiene una trampa: asociar las películas de animación con niños. Y no señores, esta película es otra historia, Miyazaki y su estudio se encargaron de ello.
Porque en todos los aspectos es una maravilla: paisajes, música (enorme banda sonora y enorme tema principal, que sonando al final de la película me puso la carne de gallina), historia, mensaje plagado de increíbles metáforas y sobre todo los personajes y sus diálogos, que permiten que una historia fantasiosa parezca muy real y muy posible (más información en el spoiler, siendo spoiler).
Aunque admito también que no es una película para todos los públicos (desde luego no para niños porque hay algunas escenas que creo que son inapropiadas y porque no van a ser capaces de captar un mensaje que un adolescente maduro o un adulto sí sabrá sacarle) porque está plagada de fantasía y de metáforas. Uno de los pilares sobre los que se sustenta es su historia de amor, que muchas veces sólo los nipones consiguen plasmar, pero el mensaje principal no deja de ser que debemos respetar a la naturaleza porque al final o terminará con nosotros o conseguiremos dominarla tanto que nos destruiremos a nosotros mismos. Esto sumado a sus elementos imaginativos puede no gustar a todo el mundo, y es respetable.
En definitiva, para mí esta cinta se merece un 10 porque a pesar de ser una película de animación consigue que te olvides de que lo que ves no es "real" y se pone a la altura de las grandes películas, sean del género que sean. Por supuesto no es perfecta, pero a mi modo de ver todo lo hecho por el hombre tiene su lado imperfecto y no por ello deja de ser menos bello y emocionante.
Sólo puedo terminar dándole las gracias al señor Miyazaki por permitirme recuperar y guardar muy adentro una vez más esa magia perdida de la infancia.