Autor de una película inacabada fechada en 1964 "Carta a nadie", Manuel Caño reanudó en 1969 su carrera como director con unas cuantas películas pintorescas una de ellas "El pantano de los cuervos" que no es una gran película pero por lo menos mantiene atento al espectador a base de trucos bien planeados y de efectismos que aunque revelen un cierto sentido de lo truculento, no llegan a violentar al espectador como si lo hicieron otras películas de terror de la misma época. Está rodada en su país coproductor Ecuador, y por eso sorprende la aparición de un Simca 1000 entre los automóviles que salen en la película, por lo que cabe la posibilidad de que ese coche se comercializara en Ecuador también. Fernando Sancho tiene una escena en la que come salchichas y Ramiro Oliveros resulta aceptable en su papel porque se limita a seguir las indicaciones del director con cierta profesionalidad ya, iniciándose como estaba en el cine, ofreciendo no obstante sus mejores creaciones en "La madrastra" y "La cruz del diablo". Junto a él y Sancho que contó con una de las filmografías más abultadas del cine español, está una actriz desconocida que había intervenido en otros títulos donde Manuel Caño intervino como director o bien como productor, Antonia Mas. La obra de Manuel Caño hasta cierto punto merece ser tenida en cuenta aunque sea por curiosidad.