El escritor de origen ruso Vladimir Nabokov adaptó su propia novela en esta película de Stanley Kubrick, gracias a la cual una adolescente Sue Lyon alcanzó un fugaz estrellato como símbolo sexual al encarnar a la carnal protagonista que da título al film.

A lo largo de su extenso metraje, Kubrick y Nabokov armonizan posturas sarcásticas sobre el deseo y la fantasía sexual, con dosis de un humor negro escasamente corrosivo y un desarrollo melodramático con rasgos psicológicos.

El primer tramo es el más notable de la película, con el inicial encuentro entre Humbert y la familia Haze, y la subsiguiente interacción entre el trío protagonista y con los habitantes de la pequeña población, en donde cristalizan los sentimientos de obsesión y dependencia en una pareja discordante.

Desgraciadamente la evolución de la trama de pederastia resulta desafortunada, indolente y dispersa, con una carga melodramática exagerada y la aparición de subtramas carentes de interés, dibujando de manera trivial y con poca sustancia la relación entre el profesor Mason y la adolescente Lyon.