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Voto de davesnotsafe:
5
Drama. Romance Años 50. Frank (Leonardo DiCaprio) y April (Kate Winslet) se conocen en una fiesta y se enamoran. Ella quiere ser actriz. Él sueña con viajar para huir de la rutina y experimentar emociones nuevas. Con el tiempo se convierten en un estable matrimonio con dos hijos que vive en las afueras de Connecticut, pero no son felices. Ambos se enfrentan a un difícil dilema: o luchar por los sueños e ideales que siempre han perseguido o conformarse ... [+]
29 de enero de 2009
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acudo a ver Revolutionary Road entre reticente y curioso; reticente por ser una del Di Caprio y la Winslet y curioso por ver qué nueva nos trae Sam Mendes. Mi estreno con el susodicho fue con American Beauty sin descifrar del todo qué nos quería decir, hasta que leí criticas, pomposas las más, buenas las menos, acerca del hastío de un matrimonio norteamericano acomodado con una hija emo.

Pero Revolutionary Road se parece poco a ésta y es que uno puede entender las razones que llevan a Kevin Spacey a comportarse como un adolescente cuarentón, porque podemos ver y vivir el entorno que le rodea. En Revolutionary Road el entorno queda relegado a un segundo plano o no existe, eclipsado, además, por la pareja protagonista. Los diálogos ocupan gran parte de la película y anulan la introspección necesaria pues todo lo que se piensa se dice (y se grita) como arma arrojadiza.

El comienzo parece atisbar (sólo lo parece) las causas del posterior declive, la pareja se conoce, sin apenas preámbulos, sin que el espectador pueda reconocer las personalidades de cada uno. De pronto vemos que su vida está hecha sin saber cómo, y sus discusiones parecen proceder de un momento de sus vidas que no se ha rodado. El público debe entender, pues, que la rutina y el desasosiego les vence con el paso del tiempo, pero no parece haber pasado el tiempo, sólo sus dos hijos dan muestra de ello. Al contrario que en la primera, no hay interacción con los personajes secundarios, estos parecen ser sólo un medio, una excusa para que la trama continúe. El humor es un decorado y pierde la inteligencia de American Beauty. El giro, el viaje a París, es sólo un estado de ánimo y, en conclusión, una afrenta más.

Sólamente en la última media hora, cuando las vías de la ilusión se agotan, la película toma la forma característica del director, pues es en esa catarsis donde el espectador puede entender el miedo a perder lo que nunca se ha tenido realmente.
davesnotsafe
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