Aquí tenemos un thriller puro y duro que cumple como film de espías a la antigua usanza porque presenta una historia seria, fría y oscura que perfectamente podría situarse durante el largo periodo de la Guerra Fría. Gorrión rojo tiene un buen guion que no se resiente por la ausencia de escenas de acción. Además, el ritmo del visionado es muy adecuado y llevadero. Las casi 2 horas y cuarto de duración, por suerte, no resultan pesadas y proporcionan un grato entretenimiento a base de suspense e intriga. No hay absolutamente nada de comedia, y yo que me alegro, ya que un relato como este debe ser serio, y si opináis lo contrario, os invito a que os pongáis en la piel de la protagonista para que entendáis lo cruda que puede llegar a ser su situación. La realidad es que este es un thriller sólido que sorprende debido a su crudeza y el realismo que desprende en todo momento. Eso sí, no podemos decir que se trate de una propuesta redonda. Nunca queda claro si el romance de Dominika y Nash es real o no. Aparte, la prota es el único personaje que cuenta con un buen desarrollo, y esto es un pecado capital cuando tienes en el reparto a Jeremy Irons y Joel Edgerton. Y hablando del reparto, menuda interpretación se marca Jennifer Lawrence. No solo es bella, sino que también es muy buena actriz. En líneas generales, Gorrión rojo es un thriller decente que tal vez no sea apto para todos los públicos a causa de su valentía a la hora de mostrar ciertas cosas. No sé si volvería a verlo... pero lo recomiendo para los amantes de los thrillers de toda la vida.